Se puede tildar de muchos adjetivos a esta obra monstruosa y pseudo fantástica de Sion Sono. Mediante un montaje frenético, perturbador y acelerado nos presenta la historia de Kyoko. Y sera este personaje y toda la frustración que arrastra en su espiral de locura y decadencia el que nos intente explicar desde su perspectiva(o la de Sono) la verdadera historia que se esconde tras esta película.
Con un lenguaje ácido, sarcástico y irónico Sono nos sitúa en un mundo donde la libertad para la mujer es inexistente. El machismo imperante en la sociedad japonesa ha creado una cultura pornográfica y sexual que no esta dispuesta a asumir frente a la moral social. El argumento da tantas vueltas, que en ciertas ocasiones acabas por quedar tan alterado como su protagonista. Sin saber cual es el escenario real y cual el fingido. Que es lo que ocurre realmente y que vivencias son frutos de sueños o pesadillas. A pesar de esto si prestas la suficiente atención puedes entender toda la historia y pelarla capa a capa como si de una mandarina se tratara. Llegados a este punto explicare un poco el eje argumental. Kyoko es una actriz figurante que vive obsesionada con la idea del sexo. Busca constantemente comprender su cuerpo pero solo encuentra rechazo y obscenidad en lo que debía ser un debate sin pudor. Atormentada por unos lazos familiares traumaticos y alienada por una sociedad que no la comprende se embarca en una película porno, pensando que como prostituta podrá tener mas libertad de la que dispone en su vida diaria.
Pero hasta el porno tiene sus reglas...


Esta es la primera película que veo de Sion Sono y tengo que decir que me ha dejado sentimientos bastante contradictorios. Es un film de de coloridos y contrastes. De escenas cargadas de momentos oníricos y surrealistas. De historias que encierran otras historias. Y eso es un acierto indudable. Me gusta la critica que hace a la moralidad puritana de una sociedad en la que irónicamente el sexo tambien es una parte imperante de la cultura. El tinte feminista esta durante todo su metraje. He disfrutado con sus metáforas; el lagarto encerrado dentro de una botella o la ilusión efervescente que nos sitúa en otro nuevo escenario tras los primeros treinta minutos. Por otro lado tambien es una oda a la creación como forma de expresión constante. Como decía, es mi primera película de Sion Sono ,pero me parece un director bastante interesante.


Sin embargo y aquí viene el gran pero que le pongo. Comprendo el sentimiento pero no los medios para conseguirlo. En su desarrollo llega a resultar demasiado caótica y demencial en determinadas partes.



Resumiendo un poco... Le doy un aprobado raspado por el planteamiento y por la oda al feminismo.


Creo que esta película generara pasiones y odios descomunales. Es todo un manifiesto en busca de la provocación del espectador que la visualiza. Y a lo mejor esa ha sido otra de las intenciones que buscaba Sono al crearla. La provocación.