Basada en una novela del escritor borracho y drogadicto Charles Bukowski, El borracho es una película autobiográfica protagonizada por un Mickey Rourke desaliñado y sin afeitar y por una madura Faye Dunaway, cuyo bello rostro estropeó con la cirugía estética quedandosele una cara de alcohólica perdida, muy apropiada por tanto, para el papel. La película la produce Francis Ford Coppola y constituye una obra menor dentro de su filmografía, una producción independiente sin la mayor trascendencia. El guión es del propio Bukowski y es bastante malo. Intenta quedar como un borrachín graciosillo y simpático que cree que dice verdades como puños y suelta paridas presuntamente inteligentes, cuando en realidad no es más que un pobre hombre alcohólico empedernido que produce una mezcla entre pena y asco. En definitiva, otro tonto con mensaje.