Me imagino que si la hubiese visionado en el año de su estreno, en vez de ayer, me habría llamado mucho más la atención. Es tremendamente original y desconcertante, pero le pasa un poco lo que al Sexto Sentido, que una vez que has descubierto el intríngulis piede interés. Entra dentro de la categoría de las películas que yo denominaría de un solo visionado.

Por lo demás decir que no se perderá el tiempo viéndola, que es un interesante ejercicio mental seguir la trama y los saltos de tiempo (ayuda fijarse en detalles como las ventanillas rotas o las heridas) y que, desde luego, es recomendable para entender los recursos narrativos de otros films actuales. Eternal Sunshine of the Spotless Mind, del 2004, Olvídate de mi en España, tiene un hilo argumental similar, si no recuerdo mal.