Algo más floja en apariencia que su predecesora, hecho de menos ver a Hit-girl (Chloë Grace Moretz) dando palizas y, sí, siendo más niña. Aquí ya ha crecido y se nota. Pero la entrada de Jim Carrey, con un papel muy contenido para lo que suele ser este actor, brinda una nueva oleada de guiños (como a la “JLA” con su cuartel general y su logo) y una propuesta igual de interesante que la anterior película: la aparición de los supervillanos. Intenta mantener el tono, el ritmo e incluso el humor, pero se queda atrapada en ése intento, en lugar de encontrar sus propios méritos: sacar partido de Carrey, ver a Aaron Johnson pamplineando con sus colegas, o disfrutar de una batalla más divertidad en lugar de lo seria que la ponen.