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Voto de Taylor:
7
11 de febrero de 2015
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
L’Arena
Siempre he dicho que existen tres tipos de SW: los de Leone, los buenos y los malos. “Salario para matar”, obviamente, es de los buenos. De los buenos, buenos. De los que suelen entrar en cualquier top-10 del mencionado subgénero sin despeinarse siquiera. Algo que no deja de tener bastante mérito tratándose de una familia —la del SW— con más de 500 miembros y encabezada por cinco pelis (los eurowesterns de Leone) cuyo liderazgo pocos se atreverían a discutir.
Dicho esto, concretar tal vez que cuando afirmo que “Salario para matar” es buena, buena lo digo, sin lugar a dudas, por varias razones. Primero, porque cumple a rajatabla y más que satisfactoriamente con las premisas básicas de cualquier SW que se precie. Premisas que todo adepto al eurowestern conoce a la perfección y que no pienso repetir una vez más. Y segundo —y fundamentalmente— porque la peli de Corbucci tiene una secuencia extraordinaria. Maravillosa. Sublime. Una secuencia que hubiera podido firmar el mismísimo Leone y que Corbucci, como alumno aventajado del romano, resuelve con incuestionable pericia y talento. Me estoy refiriendo, naturalmente, a la secuencia del duelo final en la plaza de toros a la que prefiero denominar como “l’arena”. Una denominación, a mi juicio, mucho más épica y memorable.
Añadir, tan sólo, que si la secuencia de “l’arena”, por sí sola, ya merece el visionado completo de esta peli también lo merece, obviamente, la partitura del maestro Ennio Morricone. Una pieza que, como no podía ser de otra forma, lleva por título “L’Arena” y que constituye, como no, el tema central de una de las mejores bandas sonoras del Spaghetti- Western.
Siempre he dicho que existen tres tipos de SW: los de Leone, los buenos y los malos. “Salario para matar”, obviamente, es de los buenos. De los buenos, buenos. De los que suelen entrar en cualquier top-10 del mencionado subgénero sin despeinarse siquiera. Algo que no deja de tener bastante mérito tratándose de una familia —la del SW— con más de 500 miembros y encabezada por cinco pelis (los eurowesterns de Leone) cuyo liderazgo pocos se atreverían a discutir.
Dicho esto, concretar tal vez que cuando afirmo que “Salario para matar” es buena, buena lo digo, sin lugar a dudas, por varias razones. Primero, porque cumple a rajatabla y más que satisfactoriamente con las premisas básicas de cualquier SW que se precie. Premisas que todo adepto al eurowestern conoce a la perfección y que no pienso repetir una vez más. Y segundo —y fundamentalmente— porque la peli de Corbucci tiene una secuencia extraordinaria. Maravillosa. Sublime. Una secuencia que hubiera podido firmar el mismísimo Leone y que Corbucci, como alumno aventajado del romano, resuelve con incuestionable pericia y talento. Me estoy refiriendo, naturalmente, a la secuencia del duelo final en la plaza de toros a la que prefiero denominar como “l’arena”. Una denominación, a mi juicio, mucho más épica y memorable.
Añadir, tan sólo, que si la secuencia de “l’arena”, por sí sola, ya merece el visionado completo de esta peli también lo merece, obviamente, la partitura del maestro Ennio Morricone. Una pieza que, como no podía ser de otra forma, lleva por título “L’Arena” y que constituye, como no, el tema central de una de las mejores bandas sonoras del Spaghetti- Western.