De sorpresa, esa ha sido mi primera sensación tras ver esta última película de la saga de los Vengadores, y es que nunca imaginé que Marvel volvería a liarla con esta nueva entrega de los Vengadores. La película es una auténtica gozada, con eso lo digo todo, más de dos horas de acción continuada y un villano, Thanos, que se convierte en el verdadero y único protagonista del film.
Para mi, sentarme a ver una película ya sea de superhéroes o una comedia, o un drama histórico, da igual de lo que trate, y que no me aburra en ningún momento es de alabar porque para mi el cine, es entretenimiento. Y todo esto ocurre aquí, en este film, en el que todo pasa volando, sin repiro alguno.

Resulta increíble que una película con un reparto tan coral, con tantos personajes todos ellos con película propia y legiones de fans, tengan la importancia justa dentro de la película, sin caer en ningún momento en un protagonismo forzado. Lo que ya hizo Joss Whedon en la primera película de la saga Vengadores, allá por el 2012, los hermanos Russo lo vuelven a repetir superándolo con creces. Y es que en esta última entrega el elenco de personajes es infinitamente mayor, como cabía esperar.

“Vengadores: Infinity War” lo tiene todo para convertirse en un clásico del cine de superhéroes, en una película atemporal como ha sucedido con el Batman de Nolan. Quizás solo le falte que esa segunda parte, todavía por llegar, y con la que tratarán de finalizar estas guerras infinitas sea, al menos, como esta primera. ¿Nos podemos fiar de los hermanos Russo para esa misión?, yo espero que si.