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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Drama Narra la historia nunca contada de tres brillantes mujeres científicas afroamericanas, Katherine G. Johnson (Taraji P. Henson), Dorothy Vaughan (Octavia Spencer) y Mary Jackson (Janelle Monáe), que trabajaron en la agencia espacial NASA a comienzos de los años sesenta (en plena carrera espacial, y asimismo en mitad de la lucha por los derechos civiles de los negros estadounidenses) en el ambicioso proyecto de poner en órbita al astronauta John Glenn. (FILMAFFINITY) [+]
19 de enero de 2017
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al principio, todo parece lo más sencillo e ideal posible.
Una joven niña prodigio es vista por sus profesores como una mente que llegará lejos, y sus incrédulos padres apenas pueden contener la emoción de que su hija vaya a alzar la cabeza de sus humildes orígenes, sin que haya ningún tipo de discriminación.
Más tarde, un pinchazo en medio de la carretera es la excusa perfecta para conocer a Katherine, Dorothy y Mary, tres amigas decididas que saben sacar humor de cualquier situación, hasta que un policía las acaba llevando a la base donde trabajan, haciendo cálculos para la NASA.

La actitud del policía hasta que le han dicho dónde trabajan es la clave para entender 'Figuras Ocultas'.
No es un racismo exaltado o violento, tampoco es un desprecio evidente.
Aquel policía las ha parado porque eran tres mujeres en medio de la nada que "podrían haber estado huyendo de algo". Toda esa conclusión extraída de algo tan minúsculo como es el color de la piel.
El racismo soterrado es el que existe en la década de los 60, y es peor que los dos anteriores mencionados: es, simplemente, una convivencia hipócrita porque otros han dictado que se debe vivir con personas que se considera inferiores, minimizando sus logros y restringiendo sus metas.

No es que eso afecte particularmente a las tres amigas, porque lo que guía en todo momento 'Figuras Ocultas' es el apoyo compartido que las ayuda a sobrellevar sus derrotas, pero tampoco se puede evitar tener cierto desprecio por trajeados que todo el rato mueven la línea de meta, limitan permisos o recuerdan su lugar a las tres mujeres únicamente por el color de piel.
Cuando a Katherine finalmente se le da la oportunidad de destacar (recordemos, mucho después de que en su infancia se le dijo que destacaría) parece que las cosas van cambiar, que es un comienzo, que se abre un nuevo camino... hasta que vemos que, de nuevo, quieren arrinconarla en un lugar para que hable solo cuando se le diga.
Y no será porque ella no cumpla, arañando horas al día, paseando los informes de un extremo a otro de la base solo porque no tiene un baño "para ella" cerca de su mesa: la supuesta "tolerancia" en todo su esplendor, el regalo más envenenado cuando no se usa bien.

Lo que esas personas, todos esos trabajadores que la miran con cierto desdén por los pasillos, no se imaginan es que las victorias de todos ellos son las mismas victorias de Katherine, Dorothy y Mary.
Y aún más, que sus derrotas son las mismas también.
Tiene que llegar Rusia y plantar su bandera para que de una vez comprendamos que ir al baño debería ser un derecho universal, y el fracaso como especie parece más evidente que nunca.

Katherine, Dorothy y Mary aceptan la parte que les corresponde: ser las primeras, romper el duro muro que las separa de una existencia "normal", atrayendo todas las miradas de buenas personas como Al Harrison, pero también de racistas que harán todo lo posible porque no sigan avanzando.
Lo que 'Figuras Ocultas' quiere destacar es que siempre habrá pioneras como ellas, pero necesitan la oportunidad para demostrar que pueden, y se la merecen por todo lo que pasan, por saber mirar más allá, no de cálculos ni de trayectorias, sino de comportamientos sociales.
El color de piel no define a nadie, no lo hace tampoco un atentado llevado a cabo por extremistas, tampoco lo hace la archiconocida "tradición" que dicta lo bueno y malo. Pero sí debería hacerlo la capacidad de aguantar una responsabilidad tan grande como el que las tres amigas han elegido.

Hablaba antes de victorias y derrotas comunes.
Lo bueno de esta historia sería que las tres amigas consiguen una victoria solo para ellas, que el mundo quizás no sepa ver, pero sabrá permitir que suceda.
Nada más, y nada menos, que empezar a borrar unas diferencias que, algún día, ya no existirán.
Charles
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