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España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Animación. Fantástico. Aventuras. Romance Narra la historia de Sophie, una joven sobre la que pesa una horrible maldición que le confiere el aspecto de una anciana. Sophie decide pedir ayuda al mago Howl, que vive en un castillo ambulante, pero tal vez sea Howl quien necesite la ayuda de Sophie. (FILMAFFINITY)

Reestreno en cines España por el 20 aniversario: julio 2024
2 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el corazón de este cuento de Hayao Miyazaki se cuenta la eterna paradoja del que lo tiene todo teniendo nada.
Se habla de personas que han renunciado, seguras en su torre de marfil, al riesgo o a la indefensión sin tener ganas de abandonarlos pronto. De almas solas que ni se dan cuenta de que lo están.
Pueden pasar tantas cosas en nuestras vidas, y a la vez podemos estar tan ciegos para no verlas, que será inevitables estar ciegos a la necesidad de un cambio.

Con esos magníficos mimbres, se presenta 'El Castillo Ambulante de Howl'.
Un relato que sucede en una tierra lejana, en todas las épocas y en ninguna, entre muchos cambios sociales que no nos son extraños. Es tal la anarquía geográfica e histórica que se disfruta enormemente, porque da lugar a un mundo irreal poblado de magos y brujas, seres mágicos o lugares únicos, sin que en ningún momento tengamos que pedirle cuentas a la aburrida coherencia.
Como los detalles de un sueño que nos recuerdan levemente a la realidad, esta historia elige ser libre, aventurera, y volar más allá de donde nosotros la dejemos.

Sophie, una modesta sombrerera, habita ese mundo ajena a todas sus convulsiones.
Su silencio cuando otras chicas de su edad comentan sus impulsos más básicos ya predispone todo un personaje: no estamos ante alguien que busque y encuentro, o se haya visto forzado a hacerlo, solo estamos con una persona pasiva que ha aprendido a convivir en lo que comprende su limitado espacio.
De ahí que cuando se vea forzada a salir de su inactividad por un encuentro fortuito con Howl el mago la primera reacción sea rechazar sus acontecimientos, retrotraerse de nuevo a su mundo aparte. Pero le resulta imposible cuando la Bruja del Páramo la convierta en una vieja arrugada condenada a un cuerpo marchito y no poder contar su condición a nadie, subrayando irónicamente la naturaleza interior de Sophie, la que creía que ya tenía todas las batallas en su vida ganadas y arriesgaba lo justo como una anciana que ya ha pasado su mejor época.

Su cruzada para encontrar de nuevo a Howl es a la vez la misma que toda heroína emprendería y la que solo un personaje creado por la pluma de Miyazaki podría acometer: un duro trabajo, escalón por escalón, hasta la realización de un sueño, nunca una aventura placentera. En tiempos en los que todo héroe tiene su camino ganado solo por autodenominarse como tal, esto es agua del manantial más fresco.
Todo ese progreso se hace en su particular purgatorio, el Castillo Ambulante, un leviatán de habitaciones apiñadas que deambula por el Páramo y parece espejar su propio amo Howl en su desorden y olvido, como una mochila de viaje que antes de que uno se dé cuenta está cargada con demasiadas cosas, frutos de rencor y antigua bondad compartiendo habitaciones. La alegría de Marco, el pequeño pero entusiasta ayudante que representa la inocencia, y de Calcifer, el demonio flamígero que impulsa el Castillo, es sincera ante Sophie, la única que parece capaz de plantarle cara a un amo ausente que ha convertido la autocomplaciencia en su modo de vida.

Combatir la apatía, y darnos cuenta de que se puede cambiar, aunque no sea un camino fácil, es la clave de Sophie, de la Bruja del Páramo, de Howl, y hasta de Madame Suliman, la inclemente soberana del reino.
Todos ellos personas que arrastran unos recuerdos pesados, punzantes, que en su corazón han hecho arraigo y se han transformado en piedras demasiado pesadas para ser movidas. La apariencia externa es la que cambia cuando estas piedras son removidas, cosa que se ve en Howl, privado de su belleza para ser más ordinario, o de la Bruja del Páramo, condenada a perder sus poderes para acabar redescubriendo su exterior fofo y desagradable. Solo Sophie atraviesa el cambio al revés en su desinteresado amor por Howl, simbolizado en una apariencia vieja que se vuelve progresivamente más joven cuanta más sacrificio está dispuesta a entregar, y es por ello que este cambio del corazón colectivo tenía que venir de ella.
Solo cuando finalmente todos sean capaces de despojarse de sus equipajes emocionales, sus sueños no cumplidos, sus falsas apariencias... se puede intuir algo cercano a la libertad. Imperfecta y dolorosa en su camino, pero libertad.

He aquí un cuento que juega con nosotros, llamando a la perfección la cosa más absurda a la que se puede aspirar.
A veces la perfección es solo un obstáculo para cambiar nuestro corazón, y ser quiénes realmente queremos ser.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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