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España España · Madrid
Voto de Charles:
8
Comedia. Intriga En una gran y apartada mansión victoriana se reúnen varios personajes pintorescos para cenar ante una misteriosa invitación de un anfitrión desconocido. Todos ellos tienen secretos que ocultar por los que son vilmente chantajeados desde hace años. Cuando la casa se queda a oscuras por culpa de un momentáneo apagón de luz, el chantajista aparece asesinado en el salón. Ahora, deben averiguar quién de ellos ha sido el culpable. Una tarea ... [+]
17 de marzo de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empiezo a pensar que no entiendo el éxito o fracaso de una película.
Una licencia como Cluedo podría haber sacado cualquier cosa en la gran pantalla, quizá un asesinato común, teniendo el cuidado de respetar un par de nombres, e ir directa a hacer caja. Habría sido un fracaso muy olvidable, pero ¿a quién le importa, no?
El dinero ya estaría hecho y nadie se va a molestar en reivindicar aquella película que adapta "un simple juego de mesa".

Y sin embargo, aquí sus responsables no se han permitido, ni por un momento, faltar el respeto al verdadero disfrute de aquel juego: especular sobre el misterio, sospechar de todos los personajes, tener la impresión de que corre una frenética cuenta atrás para resolverlo todo.
El mayordomo Wadsworth convoca a un diverso grupo de personas en la propia mansión de su empleador, el Sr. Caballero, y ya desde el primer momento nos azota un huracán de sutiles gestos y conversaciones esquinadas, que apenas nos dejan tiempo para juntar todas las piezas.
El juego avanza, cada pequeña información cuenta, y si nos perdemos puede que no estemos a la altura del acertijo que se va formando.

Pero, como se suele decir, el diablo está en los detalles: una narrativa perfectamente autoconsciente crea inquietantes peligros en el cuchillo que una criada está afilando, o en el comportamiento que un invitado no debería tener.
Y seguimos temiendo que las calculadas muecas de un pluscuamperfecto Tim Curry intenten confundirnos, o que el gigantesco escote de la criada solo esté ahí para distraernos... cualquiera puede haber sido el asesino y, a través de un brillantísimo despliegue de comedia física, entras en el juego de averiguar quién ha sido.
El juego de Cluedo, señoras y señores, todo lo inteligentemente recreado que puede estarlo.

Encima no se queda solo ahí porque, sin miedo ninguno a abrumar con hechos y acciones, la historia adopta un ritmo infernal de "más difícil todavía" leoninamente defendido por la excelente tontería de su reparto, consciente de que un buen juego solo se juzga así porque no puedes dejar de jugarlo.
Algo a lo que ayuda una precisión de cirujano en la mezcla de géneros: sin dar detalles, hay una escena que suspende el tono cómico dando paso al más crudo suspense, para romper escandalosamente la tensión con un puntazo humorístico, y acabar con un violentísimo golpe que te deja una sonrisa congelada.
El espectador pasa de la tranquilidad al puro terror, para relajarse en un breve segundo y después acabar en el estupor más absoluto; porque todo suspense agresivo es más efectivo si no sabes de dónde te van a venir las hostias, o quién podría dártelas.

El final es el que tú quieres que tenga, el que más rabia te dé; hasta tres finales se rodaron en su época para que al dejar la sala no pudiéramos abandonar el juego.
Pero es descaradamente brillante que cada uno de ellos encaje como un guante: quizá porque nunca importó tanto la resolución como pasarlo bien durante la partida.

Y pese a todo, pese a un reparto brillante, una trama ágil y nada postiza, con una perfecta comprensión de lo que era el juego de mesa... fracaso siguió siendo.
Lo dicho, no lo entiendo.
Quizá sea el enigma del trabajo bien hecho: tan magnífico y sutil que apenas sobrevive bajo la fama de adaptar "un simple juego de mesa".
Charles
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