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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
5
Drama Después de un prólogo documental sobre las costumbres del alacrán, unos bandidos descubren a un grupo de arzobispos orando en un acantilado. La fundación de la Imperial Roma, celebrada en el sitio donde oraban los clérigos, se ve interrumpida por los lances amorosos de una pareja que es separada. El hombre es conducido a prisión pero logra escapar y se refugia en casa de su amada. Durante una fiesta, la pareja intenta consumar su pasión ... [+]
4 de noviembre de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver "La edad de oro" hoy para mí supone ser coherente con un imperativo interior. Para mí Buñuel es un cineasta excepcional, y como cualquier otro seguidor suyo, caer en su segunda incursión en el cine era necesario, más por el interés por comprender esa etapa joven de su vida, más por un interés histórico incluso, que por el contenido propio del largometraje. De hecho, es más emocionante y constructivo leer su propia autobiografía en lo referente a su etapa vital en París, leer cualquier referencia de cualquier entendido respecto a "La edad de oro", que ver las escenas que presentó nada menos que en 1930 a un público que no estaba acostumbrado a ver ese tipo de contenidos.

Vista hoy hacen gracia muchas cosas, se trata de una gamberrada, de un experimento a través del cual el mismo Buñuel reconoce que pretendía producir un impacto entre aquellos que lo vieran, pretendía que la imagen alcanzara el valor por lo que desprendía, y ante ello no todo fueron aciertos. Pero de todas y cada una de las escenas ya se ha dicho de todo sobre "La edad de oro", y yo desde aquí sólo quiero premiar con el aplauso que merece al genial director de Calanda, porque aún no tenía ni claro él mismo que iba a dedicarse al cine, no sabía él mismo ni lo que era y hasta que no emigró mucho más tarde a USA no se considerará propiamente como director de cine, especialmente cuando cruza la frontera sur para instalarse en Mexico. Casualidades de la vida, su segunda incursión ahí está, una película que él nunca consideró como obra fundamental, apenas lo consideraba sencillamente un ejemplo descriptivo de su vida parisina, un elemento explicativo del grupo surrealista al que perteneció.

Para mí es de obligada visión para todo cinéfilo, tiene cosas buenas, pero no es ni de cerca una gran película, sólo supone una pequeña parte de la biografía de un genio.
Luisito
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