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Corea del Norte Corea del Norte · carabanchel
Voto de eldiabloenelojo:
8
Aventuras. Acción Guerras napoleónicas, año 1805. Bonaparte domina Europa. Inglaterra consigue resistir porque es la primera potencia naval del mundo. Precisamente por eso los mares se convierten en un crucial y estratégico campo de batalla. En el Atlántico, el Surprise, un navío inglés capitaneado por Jack Aubrey (Crowe), es atacado por sorpresa por un buque de guerra francés. A pesar de los graves daños sufridos por la nave, Aubrey decide navegar a ... [+]
22 de junio de 2009
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siguiendo la estela de la recuperación de antiguos géneros clásicos, como el peplum, salta a las pantallas con el protagonismo buscado esta historia épica de piratas. Barcos, batallas navales, capitanes de barcos, y 100 cañones por barba, toman protagonismo.
El australiano Peter Weir (Gallipolli, El año que vivimos peligrosamente) adapta la novela de Patrick O´Brien, sobre un capitán de barco (el hipervalorado R. Crowe) con aura de personaje legendario, que comanda un navío inglés en la época de las guerras napoleónicas. Este navío es atacado fantasmagóricamente en aguas del pacífico por un extraño navío francés del que no se sabrá nada durante la obra (quizás de los pocos hallazgos del filme, al mantener el misterio de lo desconocido para mitificarlo teniendo como modelo a Moby Dick). Este suceso desencadenará una persecución por aguas del Atlántico. Como el capitán Acab, el capitán se obsesionará con la derrota del extraño navío.
Concebido como un espectáculo a la clásica, cumple con creces como espectáculo por su magnífica puesta en escena y su ritmo perfectamente medido en todo momento. Como obra con pretendidas ínfulas pseudofilosóficas no alcanza para nada los modelos en los que se refleja (Bounty, Moby Dick, Capitanes intrépidos, etc). Los personajes como las interpretaciones carecen de la legendaria presencia de sus modelos, son bastante planos y los conflictos naturales de estos espacios cerrados son banales y tratados con superficialidad y una excesiva suavidad. Weir como el cine actual dirige su mirada hacia la acción propiamente dicha prescindiendo de adentrarse en aguas más profundas.
Uno al ver esta obra recuerda al capitán Cristian de Marlon Brando o al Acab de Gregory Peck y viendo a Russell Crowe poniendo caritas le entran a uno ganas de que llegue el diluvio de la Biblia y se lleve al capitán y a su tripulación por la cisterna del water universal.
eldiabloenelojo
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