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España España · Barcelona
Voto de Tithoes:
8
Terror. Intriga. Thriller Una joven estudiante universitaria (Jessica Rothe) reconstruye el día de su asesinato reviviendo tanto los detalles cotidianos como su aterrador final, hasta intentar descubrir la identidad de su asesino. (FILMAFFINITY)
29 de marzo de 2018
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Lo mejor: la retorcida mezcla entre Scream y El día de la marmota (de hecho se menciona tributariamente sin escrúpulo alguno), con tintes de Destino final (el filosófico lema de “no se puede burlar a la muerte” es al que se alude aquí también con una pegatina que versa “hoy es el primer día del resto de tu vida”), funciona perfectamente a través de la investigación, por parte de una promiscua y alocada adolescente, al despertar de una resaca (tildada de amnesia colectiva) en aras de descubrir quién pretende asesinarla en su aniversario (concretamente un lunes dieciocho de septiembre) vestido deportivamente, ocultado detrás de la careta de la mascota del equipo de futbol americano de la universidad en la que estudia y armado con un cuchillo; la serie de sucesos que sirven para comprobar cómo todo se repite una y otra vez que permiten a la citada víctima anticiparse a lo ya experimentado (no así a lo cambiante, pues el denominado efecto mariposa modifica el devenir de la fatídica jornada mediante pequeñas permutas que desembocan en un mismo desenlace por más que altere sus pasos); la incógnita de si cada nuevo movimiento es un indicio o simplemente un desconcierto más, una artimaña que acentúa la intención del responsable de aunar paranoia y premoción en un personaje que lucha contrarreloj contra el supuesto destino; la lista de sospechosos, los motivos que se les atribuye y los actos asumidos para descartarlos como autor real se convierten, sin duda, en los compases más divertidos de una cinta que derrocha originalidad e ingenio a raudales.

Lo peor: el pasajero convencionalismo del ecuador abstrae momentáneamente al espectador de una trama que, de tan absorbente que resulta, transcurre como si de escuetos segundos se tratasen; la emisión de flatulencias en cierto restaurante, una grosería sobrante y contraria al exquisito tacto cinematográfico demostrado durante el filme; la falsa moralidad transmitida desentona con la línea genérica de la cinta, la cual transita entre el suspense y el terror magistralmente evolucionando a cada instante sin dejar, a la postre (qué mejor momento para recuperar la célebre “a nadie amarga un dulce” para adelantar que se lleva al extremo), cabos sueltos amén del motivo por el cual la huérfana protagonista goza, con incredulidad al principio y resignación al final, de infinidad de intentos (nueve para ser más exactos tras fallecer apuñalada, ahogada, atropellada, golpeada, incinerada, ahorcada y envenenada en calles, habitaciones, vehículos y hospitales cada vez, eso sí, más débil y con lesiones internas) para identificar a su malhechor y, aprovechando la tesitura, valorar lo que la rodea como nunca antes había hecho (incluso impases para la emotividad hay lugar, en efecto entre tanta imprevisibilidad narrativa).

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
Tithoes
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