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Voto de Baxter:
9
7,8
22.745
Drama
Ernesto hace un viaje a la provincia argentina de San Luis, a un remoto pueblo en un valle puntano, para recordar su infancia y las circunstancias que han determinado su vida: sus padres se habían exiliado voluntariamente de Buenos Aires para vivir en una comunidad campesina. La llegada de un geólogo español, contratado por el cacique local para buscar petróleo, representa una amenaza para la forma de vida de los campesinos. (FILMAFFINITY) [+]
8 de enero de 2008
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adolfo Aristarain firmó con esta película un antes y un después del cine argentino. Posiblemente una de las películas más bellas del último cuarto del siglo pasado y que, por desgracia, pocos espectadores alcanzaron a verla y a disfrutarla en la medida que esta joya merece. Un film que roza el discurso político y social con una sutileza y una frescura sin límites, en donde todos los elementos que la componen parecen ponerse de acuerdo para la poética exaltación de la libertad, la tolerancia, la cooperación social, la amistad y el amor entre seres humanos auténticos, experimentados pero sabios; honrados y utópicos idealistas, pero racionales hasta el extremo en sus opiniones y comportamientos, siempre con el punto de mira puesto en la denuncia del abuso por parte de aquellos que ostentan el poder, en el convencimiento de la fuerza que conlleva la unión corporativa, aunque tan sólo se trate de una ínfima reivindicación provinciana de una pequeña localidad argentina en la región de San Luis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El film posee la forma de flash-back enmarcado en su principio y en su fin por la presencia y voz en off del adolescente diez años después del periodo en el que se desarrolla la narración. Un lugar en el mundo resulta inevitablemente una película clave en la magra cinematografía argentina de la última década. Ante todo, el film de Aristarain, propone una reflexión seria acerca del tiempo que sigue a una derrota, la derrota de todos: el tiempo de las dictaduras militares, en este caso de la de Argentina. ¿En qué debe consistir la lucha cuando las armas de otros idealistas ya han demostrado su falibilidad? ¿Qué hacer desde nuestro ínfimo reducto ante las nuevas y coloreadas tiranías que nos rodean en silencio? ¿Cabe hacer algo? Un lugar en el mundo conserva intacta la virtud de formular estas y muchas otras preguntas que hoy en día, a más de quince años de su producción, nos siguen acechando. Se trata de un film que debería estar vigente y debería revisarse cada cierto tiempo en horas de máxima audiencia. Si esto no es así será a causa de algún extraño malentendido o de una corta visión de los programadores de televisión.
Hay un rasgo en la película que sobresale: la simplicidad. Pocos elementos y bien dispuestos parecería ser la consigna de Aristarain. De nada sirve la ostentación cuando de lo que se trata es de pensar el postoperatorio de un país, de un pueblo, de una familia. ¿Cómo salir adelante cuando todavía queda por llegar lo obvio?. La narración es clara, límpida en su forma; a la vez que densa y difícil en su contenido. La secuencia de la comida de la familia, el geólogo y la monja, coronada con actuaciones convincentes, forma parte de los grandes momentos del cine argentino. El silencio que se establece entre los personajes en el instante posterior a la revelación del pasado, estalla en sus significaciones. Es un silencio que nos apunta, nos indaga, nos escarba, nos enmudece.
Hay un rasgo en la película que sobresale: la simplicidad. Pocos elementos y bien dispuestos parecería ser la consigna de Aristarain. De nada sirve la ostentación cuando de lo que se trata es de pensar el postoperatorio de un país, de un pueblo, de una familia. ¿Cómo salir adelante cuando todavía queda por llegar lo obvio?. La narración es clara, límpida en su forma; a la vez que densa y difícil en su contenido. La secuencia de la comida de la familia, el geólogo y la monja, coronada con actuaciones convincentes, forma parte de los grandes momentos del cine argentino. El silencio que se establece entre los personajes en el instante posterior a la revelación del pasado, estalla en sus significaciones. Es un silencio que nos apunta, nos indaga, nos escarba, nos enmudece.