Este nuevo capítulo de intrigas es otra de tantas muestras respecto a la ventaja que el cine argentino en cuanto a calidad y diversidad de contenidos, le lleva por delante a la mayoría de sus pares en el cono sur del continente.

'Séptimo' (2013) sin ser una obra maestra demuestra que no es necesario alargar innecesariamente el metraje de una cinta para poder introducir debidamente una historia. En este sentido, el argumento es básico pero funciona en ciertos niveles, confundiendo más que atrayendo.

Obviamente aunque debe admitirse que con poco hace mucho, no es menos cierto que este film recuerda a 'Plan de vuelo' o 'Desaparecida' (Flightplan, 2005) pese al cambio de contexto, ya que el reparto es reducido, sus interpretaciones muy teatrales y el móvil central idéntico.
Ricardo Darín y Belen Rueda otorgan lo habitual de sus talentos, especialmente el argentino que ya ha consagrado un estilo propio que trasciende las fronteras de su país. En los modismos no obstante, sigue generándose cierta incomodidad para entender cada uno de los diálogos, debido al balbuceo y la rapidez, muy parecido a lo que suele ocurrir con cine chileno, mexicano, etc.

'Séptimo' encuentra momentos bien logrados basados en la figura central de Darín y sus recursos, pero puede volverse monótono y poco diverso para armar un buen thriller. Más aún si pretende resolverse de modo poco creíble.

Recomendación:
Aceptable. La figura excluyente del protagonista sostiene el film, que tras subir cae estrepitosamente.