Un sketch extendido de la acción por la mera acción. Acá ni la venganza, las mascotas y siquiera el honor pesan demasiado como justificación para ver depuradas coreografías de acción que por si mismas son un deleite para públicos que simplemente van por el gusto de ver estos cuadros sombríos, con estilo y el destellar de espadas, balas y puños.

“John Wick 3: Parabellum” (2019) es como reza su póster promocional, una consecuencia de las dos cintas anteriores; una de 2014 con un contexto algo más atractivo e interesante y otra posterior de 2016 que lejos de intentar buscar variedad, enfatiza los flancos ya explotados sin más que ofrecer que tiroteos y golpes. Es como un capricho fetiche del cine palomitero de estos tiempos. Nos gusta ver a Keanu Reeves en plan “Taken” sin importar el por qué. O al menos eso parece sopesar la barra cinéfila frente a este nuevo “Transportador” de esta década.

No hay que subestimar los méritos de esta película al generar impacto en las taquilla de los cines, pero hacer que el chiste dure más de dos horas es un exceso. Es decir, tiene entretención, sin rodeos pero no pasa de lo regular debido a su falta de sustento.

Una forzada trilogía de John Wick en plan de uno contra todos, con múltiples heridas a cuestas pero que no pierde su estilo y pseudo cánones de ética u honor. Con personajes innecesarios, neones y filtros matizando los tiroteos y encontrando nuevos escenarios para hacer atractivas las peleas. Esperamos que sea el cierre.

Recomendación:
Tercer acto para una trilogía forzada, entretenida si se quiere pero con la que solo bastaba una cinta.

=Cité de Buyinski= www.buyinski.wordpress.com