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Voto de M_Pelegri:
8
Drama Merab lleva ensayando desde que era muy joven en la Compañía Nacional de Danza de Georgia con su pareja de baile, Mary. De repente, su vida da un vuelco cuando aparece el despreocupado y carismático Irakli y se convierte en su rival más poderoso, pero también en su mayor objeto de deseo. En una atmósfera conservadora, Merab se enfrenta a la necesidad de liberarse y arriesgarlo todo en el empeño.
8 de febrero de 2020
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Solo nos queda bailar" es una historia romántica y de descubrimiento entre dos chicos de la Compañía Nacional de Danza de Georgia en medio de un entorno tradicionalista y conservador. Dos chicos empujados de entrada a competir para llegar al grupo de baile "titular" se encuentran abocados a un amor imposible en medio de un choque de identidad inevitable entre la prevalencia de la tradición más arraigada o la libertad individual.
Merab es un chico que desde pequeño y por tradición familiar baila en una escuela de danza georgiana, con la Mary como pareja de baile asignada desde los 10 años y pareja sentimental por extensión asumida de facto. El descubrimiento abrupto de su orientación sexual con un recién llegado, competidor y compañero provoca una tormenta emotiva en paralelo a una expresividad singular de una danza atada en una tradición alérgica a los cambios. Una danza que se convierte en auténtica coprotagonista de una corporeidad emergente y con una necesidad imperiosa de expresarse sin los corsés que la ahogan. La reflexión en torno a estas ideas es sincera y de una naturalidad que acierta en el tono y las formas de plantearlo sin ninguna pretensión de inducir a una indeseable superioridad moral. En paralelo las escenas del baile están perfectamente filmadas con un dinamismo y una expresividad que aportan un valor añadido considerable. Incluso podríamos hablar de un sugerente simbolismo en la evolución del personaje hasta llegar a una prueba final con el corazón herido, el cuerpo lesionado y una icónica chaqueta roja. Una escena que en ningún caso deja indiferente.
El director, guionista y montador Levan Akin reconoce una parte autobiográfica y consigue con un control absoluto de la obra darle una pátina esencialista que desprende veracidad por los cuatro costados culminado por una interpretación intensísima del protagonista interpretado por Levan Gelbakhiani.
Estamos ante un retrato de iniciación con un esquema estándar que consigue volar gracias a la aportación de los elementos expresivos y dinámicos de la danza y el compromiso interpretativo de los protagonistas. (8)
>> bit.ly/2Uwkkgt
M_Pelegri
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