Es posible que alguien lo entienda como una pedantería pero la experiencia cinematográfica que he vivido con esta cinta hacía mucho tiempo que no la tenía. Malick se atreve al meter dos grandes actores en una cinta de menos de 2000 palabras, a romper los límites narrativos tradicionales, a apostar por nuevas propuestas cinematográficas, a mezclar la trascendencia con las vivencias infantiles, a tratar la espiritualidad sin caer en una religiosidad fundamentalista. Al fin y al cabo, Malick nos invita a participar de un discurso abierto, pleno de insinuaciones alrededor del tiempo y de la insignificança de la vida, a sentir escalofríos con las secuencias más diversas, a ser valientes al no esperar un tempus narrativo ortodoxo,...

El director afronta la dificilíssima tarea de relacionar la naturaleza omnipresente con la cotidianidad de la maduración infantil, de romper el tiempo narrativo para unir la temporalidad del universo con la vivencia de la amistad, la pérdida de un ser querido o las relaciones paterno-filiales. No expone ningún discurso pseudoreligiós cuando plantea las preguntas ligadas en la trascendencia: quienes somos, de donde venimos y hacia donde vamos?.


EL "quienes somos" se centra mucho en las raíces y las improntas de la infancia como etapa de aprendizaje de los patrones que nos guiarán el resto de la existencia. La figura paterna se presenta como un Dios immisericorde, estricto y rígido mientras la figura materna se presenta como un abrazo acogedor y comprensivo. Todo ello comforma la parte más cercana y realista de la cinta.

El "de donde venimos" lo trasmite en dos elementos paralelos. Por un lado el origen de la vida y del universo con las escenas ligadas al agua, las imágenes de supernovas o de los bosques primitivos. Por otra parte están las imágenes relacionadas con el nacimiento y la procreación de la vida humana que se exponen en una continuidad de discurso vitalista.


La naturaleza se presenta como elemento de unión, como fuerza totpoderosa, origen y final de toda la existencia. En este sentido algún críticos entienden que se está defendiendo una postura panteista en la cual "todo es uno y uno es todo".

La parte final de la pel·licula intenta dar respuesta a la última pregunta y es la parte que queda más inconcreta y dispersa. También puede ser que el director quiera transmitir desorientación, incertidumbre o angustia individualista en las escenas finales en las que el personajes deambulen perdidos por una playa sin, ni siquiera, mirarse.

Estamos ante una cinta que, a pesar de utilice muy poco el diálogo, seguro que hará correr ríos de tinta al interpretarla y comentarla. A pesar de todo, lo que más me atrae es la vivencia única i irrepetible que te hace sentir durante todos los minutos que dura, con discursos abiertos, insinuaciones y propuestas cinematográficas estéticamente sobrecogedoras. Viva el cine!!