La influencia del mago del suspense ha sido muy grande a lo largo de las décadas. Su forma de hacer cine ha inspirado a muchos y aún hoy en día se nota de forma muy clara cuando una película tiene su estilo de hacer las cosas.
En este caso, se atrevieron a hacer un “remake” de una de sus más antiguas películas.
Tenemos un triángulo amoroso y un plan de asesinato aparentemente perfecto.
El trío de protagonistas está muy bien interpretado por Douglas, Mortensen y Paltrow.
El argumento pronto establece su planteamiento, y a partir de ahí, la tensión se masca en el ambiente hasta el final.
Tiene muchos giros, como mandan los cánones del género, y sus personajes ni son totalmente buenos ni malos. Uno no sabe de parte de quién se va a poner, ni siquiera se puede apostar sobre quién llegará hasta el final.
Sin tener fresca la cinta original y evitando las comparaciones, he de decir que es un thriller muy bien construido que engancha y sorprende, pero que pierde muchísima fuerza cuando la vemos por segunda vez. No tiene mucho que ofrecer aparte de su guion, con lo cual cuando ya sabes lo que va a pasar, te das cuenta de que no hay nada más.