Arnold empezaba a estar mayor para seguir protagonizando películas de mucha acción. Así que, aunque tenga alguna que otra persecución, el film es bastante más tranquilo que la mayoría de los de su filmografía. Se centra más en la ciencia ficción en sí, que en los tiroteos y peleas.
Es una historia de clones y una gran conspiración empresarial. Nos muestra el dilema moral que plantea la posibilidad de realizar copias genéticas exactas de personas. Gracias al personaje genialmente interpretado por Robert Duvall (aunque a priori no pegue mucho en un film como este), podemos comprender un poco las posibles motivaciones de la ciencia en la investigación en este campo.
Como dije antes, creo que le falta un poquito más de acción para ser de Arnold. Además, es un poco larga y pesada si nos da por verla más de una vez, pues es solamente al final cuando coge un poquito más de ritmo y nos recuerda vagamente a los mejores tiempos del actor de “Conan”. Pierde mucho fuelle en los revisionados, porque recuerdo que la primera vez me gustó bastante más que después.