Esta película es, básicamente, de acción y nada más. Puede que tenga un primer tramo de presentación de los personajes y de la situación. Pero al final queda claro que lo que prima son los tiros, persecuciones y peleas.
Además, el ritmo frenético que tiene toda la segunda mitad, junto con unas bocas que deberían lavarse con jabón me recuerda a los ya lejanos tiempos de "La jungla de cristal" y "Arma letal".
La acción y violencia dejan atrás a un argumento simple que es una mera excusa.
Las coreografías son buenas, aunque Peter Berg opta por hacer planos demasiado cercanos y mover mucho la cámara. De esta manera se trata de imprimir aún más emoción a estas secuencias, pero a mí me llega a agotar un poco ese tipo de montaje.
El protagonista es mal hablado y está siempre enfadado con todo el mundo, llegándome a caer un poco mal. Como decimos en algunas partes de Andalucía, aquí Wahlberg es un auténtico "esaborío".
Pero Mark nunca ha sido un gran actor aunque haga buenas películas, con lo cual tampoco hay mucho que decir en su favor.
La que sí que está bien es Lauren Cohan. Me alegro de verla de vez en cuando haciendo otra cosa que no sea matar caminantes.
En cuanto al asiático, no le conocía pero el tipo pelea como las mejores estrellas de las artes marciales. ¡Que le pongan en "Los mercenarios 4" y luche contra Jet Li!
Es una película muy aceptable, con un enfoque de la acción "ochentero" (aunque filmada con Parkinson como hoy en día), y con la que me he divertido bastante.
Además, el film ofrece algo completamente insólito y poco habitual, digno de una investigación de Íker Jiménez. ¡Podemos ver a John Malkovich con pelo!