Admitámoslo: En los créditos, pone que el director de esto es Tony Scott, pero está más claro que el agua que el alma de "True romance" es, sin lugar a dudas, Quentin Tarantino.
Tenemos aquí su pura esencia y estilo de principio a fin en todo momento, a excepción del exceso de metraje quizás.
Es esta una historia muy particular, donde un amor imposible a primera vista, sale adelante entre traficantes de droga, personajes y diálogos geniales, un reparto estupendo y el genial xilófono de Hans Zimmer.
Alabama es adorable, una chica explosiva, fuerte, sensible e inocente al mismo tiempo, que me recuerda a una versión dura de Julia Roberts en "Pretty woman".
Slater tampoco es un gran actor como para que fuera el candidato ideal a protagonizarla. Pero hasta él parece esforzarse en estar a la altura de la situación, encajando muy bien en este tipo aburrido que se vuelve un héroe de la noche a la mañana. Claramente, esta es una de las tres mejores películas en las que ha trabajado este estrábico actor de floja carrera, siendo las otras "El nombre de la rosa" y "Entrevista con el vampiro".
Los actores secundarios son brutales, desde Gary Oldman a Christopher Walken, pasando por un Brad Pitt que sale poquísimo. Casi todos ellos hacen que suba el pan cada vez que abren la boca, al estilo magistral de Tarantino.
Tal vez falla un poco en el montaje de las escenas muy violentas, con planos fugaces en plan videoclip y una cámara que se acerca demasiado a los personajes. Pero claro, esto sí que es culpa de Tony Scott.
Puede que, a pesar de durar solo 2 horas, peque de algo de la lentitud narrativa de Quentin, pero se lo perdono porque todo en ella es bueno, hasta el largo diálogo entre Walken y Dennis Hopper, que es realmente espectacular, como casi todos los demás. Solo por escuchar las frases, que nadie en la vida real utilizaría, ya merece la pena verla.