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España España · Barcelona
Voto de Bayoneta66:
8
Drama. Musical Película sobre los últimos años de Ian Curtis, el enigmático cantante de la banda Joy Division e icono del post-punk inglés, hasta su trágico suicidio en 1980. Cómo le afectó el dramático conflicto entre el gran amor que sentía por su esposa y la apasionada relación con su amante, sus ataques de epilepsia, su extraordinario talento y sus arrolladoras actuaciones en directo. Mención Especial en la Cámara de Oro, Premio de la Juventud y ... [+]
7 de mayo de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joy Division, antes Warsaw, fueron -y son gracias a You Tube, donde he podido recuperar actuaciones televisivas de la banda; unas actuaciones que inspiran en buena medida el tratamiento fotográfico, espléndido, de la película- una de mis bandas favoritas. Pensad que yo conocí a esta banda gracias a algunos programas míticos de TV3, hacia 1984, cuando ya hacía cuatro años de la muerte de Ian Curtis y sus compañeros supervivientes habían formado New Order. Por cierto, y como se dice en una de las críticas, excelente, porqué pone Corbijn música de The Killers (bueno, una versión) y no algo de New Order. ¿Es que los detesta?
Con esta introducción lo que quiero decir es que esta película será muy apreciada por seguidores de Joy Division, por gente que sabemos de qué va el asunto (y pido perdón por la jactancia), sin negar que en algunos momentos, la película pueda bajar un poco de ritmo. Sin duda, éste sube con la debilidad humana de Curtis (no sé si la tal Nikka Honoré era tan guapa como Alexandra Maria Lara) y su lucha interna por respetar su matrimonio, pero en algunos momentos la película sí se me ha hecho un poco lenta. Pero es que la vida de este hombre, y estoy de acuerdo con el amigo que señala que lo que hace Sam Riley va más allá de una interpretación habitual, convencional, fue así de terrible, marcada por el gris de la zona donde se crió, el piso donde vivió de joven, el talante de los padres que tuvo y, sobre todo, la enfermedad. Ahora bien, no puedo dejar de alabar la valentía de narrar la vida de una persona que, si bien dejó sus canciones, inolvidables, se portó muy mal con la que fue su esposa. Por ello la interpretación de la gran Samantha Morton es muy conmovedora. La idea de tener un hijo fue suya, de Curtis, y las varias escenas de retorno al hogar con todo lo que implica estar casado, con descendencia, etc., con apenas 21 o 22 años y una carrera incipiente, pero que parecía prometer, sin duda están entre lo mejor del film. Curtis era humano, como lo somos todos, y uno le entiende cuando tiene la posibilidad de liarse con una mujer como Nikka Honoré, pero el daño que hacía era mucho. En definitiva, una muy buena película, bastante dura, realizada por alguien que sólo puede sentir pasión por Joy Division. Gracias a su arte perdonamos al genio de Ian Curtis, pero no olvidamos sus debilidades humanas.
Bayoneta66
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