Sirva de ejemplo para comprender la esencia de Take Shelter su sugerente comienzo: un hombre solo, situado junto al porche de su casa, contempla, atónito, la acechante tormenta que se acerca hacia él, mientras una extraña lluvia, de un líquido espeso y aceitoso, le invade de arriba a abajo. Con esta escena inicial, el director ya subraya el carácter fantástico de la película (lluvia anómala), pero inmerso en un contexto realista en el que sitúa al protagonista, ya atrapado entre los dos ejes temáticos de la obra: la belleza arrebatadora de lo sublime, representado por la tormenta que le arrastra a la locura; y la estabilidad y el orden, representado por la casa, donde se halla su familia).
No resulta extraño que una película cuyos pilares temáticos son la paranoia, el aislamiento y el apocalipsis cale en el inconsciente colectivo de la sociedad americana, que ha fundamentado su política, interior y exterior, en ellos. De manera que su recepción en América queda sobradamente justificada, ya que todo americano puede sentirse identificado con los síntomas del protagonista (desconfianza, ansiedad, delirio y aislamiento). La espléndida "El bosque" ya especulaba con la misma línea temática, dejando de lado el aspecto bíblico que Take Shelter sí contempla. El problema es que, ahora, el europeo medio también se identifica con ésos mismos pilares, lo que demuestra la paranoia colectiva en la que vivimos el conjunto de la sociedad occidental. Ante una realidad incierta como la actual (agotamiento de los recursos naturales, terrorismo islámico, crisis económico-financiera, saturación mediática), el fin de los días siempre vende...