Una producción made in Sandler que es bastante inofensiva. Tanto, que incluso carece de la chabacanería típica de las películas del cómico norteamericano. Sobre esto hay que decir que es una novedad y es su punto diferencial con otros trabajos de la productora Happy Madison. No se recrea con el humor soez y trata de buscar un humor más sano, por así decirlo. Quizás la trama que narra va acorde con una comedia de porte más clásico (manteniendo las distancias con producciones de los 50, claro está) y se fija en películas del género de asesinatos con misterio de por medio.

Dirige Kyle Newacheck (¡Game Over, tío!) una película que no pasará a la historia pero que cumple su cometido de entretener. No hay más ambición que esa y no necesita hacer grandes alardes para sacar adelante una cinta sencilla, con una historia absurda y con un buen reparto tras ella. Adam Sandler (Little Nicky) está más sobrio que otras veces y no desbarra; Jennifer Aniston (Cake) es quien se lleva la palma y crea el mejor personaje de la película. Junto a ellos encontramos al siempre elegante Luke Evans (El Alienista), la guapa Gemma Arterton (Hansel y Gretel - Cazadores de Brujas), Terence Stamp (Las aventuras de Priscilla, reina del desierto) o el cómico francés Dany Boon (Supercondríaco). Un buen reparto para hacer de esta película un pequeño homenaje a las novelas de Agatha Christie, que a pesar de no tener una calidad acorde a la mayoría del género se deja ver.

Es simpaticota y parodia con respeto el género de detectives sin tener que ser lo vulgar que cabría esperar en una película de Adam Sandler.