Amable comedia de tono sencillo, bien ambientada en la Nueva York judía y que sabe sacarle los colores a esta religión. Pero no lo hace a mala leche como se podría pensar. La huella que deja es una pequeña crítica al sector más radical, pero lo hace sin estridencias y bajo la ley que se rige entre estos judíos ortodoxos.
Como digo, la base en que se cimenta proviene de la necesidad de dinero de los dos protagonistas, que forman un singular dúo de diferentes raíces: uno, el ejecutor del plan, judío alejado de su propia doctrina; el otro, un hombre manitas u hombre para todo, y no practicante. Así, con este par tan impar nos encontramos con dos actores bien integrados en sus papeles: Woddy Allen (Scoop) y John Turturro (Transformers). Creo que ambos están geniales. El propio Woody Allen es Woody Allen, pero lejos de sus guiones y películas. Turturro como director (Romance & Cigarettes) y guionista parece que escribe ese personaje para el mismísimo Allen. Y vaya si lo logra: los mismos gestos, los mismo diálogos y respuestas ingeniosas salen del cuerpecillo del prolífico director neoyorquino como si él mismo hubiera escrito el guión. No en vano, la película tiene ese aire Allen hasta en la forma en que se rueda y en la música. Quizás es un homenaje de Turturro al cine del famoso director y guionista.
Tampoco le va a la zaga el propio Turturro a la hora de interpretar a este personaje melancólico y tierno, alejado de algunos personajes alocados e histriónicos que suele representar en otras producciones. Un hombre que se deja llevar por la loca idea de un judío que está falto de dinero y que les llevará a pasar por diferentes vicisitudes divertidas y singulares.
El tono de la película, que no lleva a ninguna chabacanería, es tranquilo, lleno de humor sencillo y con regusto melancólico y convive, como ya he dicho con esa crítica a los judíos ortodoxos y su forma de entender la vida. Es en este punto donde encontramos el conflicto más peliagudo de la película: el choque de culturas, la cerrazón de una sociedad cuadriculada que no ve más allá de sus creencias, el celo con el que se esconde a sus mujeres (e incluso ellas se alejan del resto del mundo)... todo esto se trata aquí. Y todo esto entre las andaduras del gigoló representado por el proxeneta más locuaz que se ha visto.
El resto del reparto está bien elegido y encontramos actores y actrices de la talla de Sharon Stone (Casino), Vanessa Paradis (Café de Flore), Sofía Vergara (Modern Family) o Liev Schreiber (Ray Donovan) como un singular judío.
Con todo, Turturro nos regala una película simpática y singular ideal para echar un buen rato y con un final que puede ser esperado o no, todo depende del punto del que se mire.