Después de 'Amores perros', el director mexicano Alejandro Gonzalez Iñarritu vuelve a dar en el blanco con un potente drama con ápices de intriga en el que aparenta deleitarse marcando de oscuro la historia de su trío protagonista. Como ya hizo en su anterior película, '21 gramos' se inicia con un trágico accidente. Desde ahí se comienza a dar un conjunto de escenas sin orden cronológico, desorientando al espectador y exigiéndole crear un puzzle dentro de su cabeza, que según avanza la trama, va adquiriendo sentido encajándose todas las piezas.

En ningún instante del filme decae el interés dadas las soberbias interpretaciones, que se convierten por ley en los cimientos de la cinta. Sean Penn interpreta aquí a un enfermo en lista de espera por un transplante de corazón. Benicio del Toro propone el punto de vista más fervoroso, con un papel que le va como anillo al dedo. Y por último tenemos a la fantástica Naomi Watts, madre de dos niñas quien su vida da un giro de ciento ochenta grados cuando el personaje de Benicio atropella y mata a su familia accidentalmente. A partir de aquí, la vida de los tres se verá desagradablemente relacionada