Stoker es una película llena de suspense, que se teje en una relación familiar y que llega al hueso de la paranoia de los protagonistas. El argumento, para no destripar nada lo relato en sintesis: Una chica el día que cumple 18 años, recibe la noticia de que su padre ha muerto. Un misterioso tío suyo es acogido por su madre. La chica tiene un comportamiento huidizo y antisocial y la presencia de su enigmático tío hace que tenga que elegir que va a ser de su vida; que camino tomar, cual va a ser su proceso de maduración, que es aquello que la motiva y que le da sentido a su vida.
Las interpretaciones de los tres protagonistas son excelentes, en especial la de la joven de 18 años Mia Wasikowska, creible, transmitiendo las dudas existenciales que tiene. El enigmático tío, contenido en sus sentimientos, genera siempre desasosiego y da en el clavo con el rictus en su cara. Nicole Kidman, la madre, sale airosa del combate expresivo al que la reta el botox.
La banda sonora es espectacular y sirve para potenciar las situaciones y sentimientos de los protagonistas. Se producen preciosas sinergias entre la música, lo que ocurre en la película y la manera tan poética como está filmada, alcanzando momentos muy arty, de una sublime belleza.
Me gustaría que está película fuese un éxito, pese a que está en las antípodas del cine palomitero, de fácil digestión, y directo. Desde estas humildes líneas pongo mi grano de arena para que triunfe.