26 de agosto de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Por trece razones' me recuerda a los spots publicitarios del Ministerio del Interior que alertan de aquello de 'si bebes, no conduzcas'. Es decir, el drama llega a la cima de sus posibilidades pero, finalmente y pretendiéndolo, te cala y conciencia. Si bien, la primera temporada tenía un sentido lineal y cronológico- conclusivo, también-, la segunda, es un auténtico caos que no hace más que enredarse en los hilillos de paja que buscan rellenar un argumento insípido. Hannah Baker debió ser historia antes de empezar una guerra contra sí misma... Pero bueno, la serie se mantiene en pie para el 'fandom' de las historietas de instituto americano y, aunque va a hacer falta una buena sartén para darle la vuelta a la tortilla en su tercera parte, todavía hay un resquicio de esperanza en el héroe Clay Jensen y en un cambio que nos pueda sorprender.
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