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Voto de Jorge López Fernández:
10
Drama Para sobrellevar el insomnio crónico que sufre desde su regreso de Vietnam, Travis Bickle (Robert De Niro) trabaja como taxista nocturno en Nueva York. Es un hombre insociable que apenas tiene contacto con los demás, se pasa los días en el cine y vive prendado de Betsy (Cybill Shepherd), una atractiva rubia que trabaja como voluntaria en una campaña política. Pero lo que realmente obsesiona a Travis es comprobar cómo la violencia, la ... [+]
2 de julio de 2006
13 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Violenta, cruda, dura, desgarradora, en ocasiones exagerada, Martin Scorsese consiguió su primera obra maestra, y una de sus películas más emblemáticas, con este amargo y violento retrato de la soledad de un neoyorquino en cuya cabeza puede estar pasando cualquier cosa en cada momento. Solitario, racista, desencantado con su país, profundamente contradictorio, Travis Bickle representa lo que de un modo u otro mucha gente es en algún momento de su vida: una persona desilusionada con lo que le rodea, que se siente sola y tiene unas enormes ganas de hacer algo, sea lo que sea, que pueda cambiar dicho ambiente en el que vive. Travis se decantará por la vía más violenta posible, y numerosas personas se sintieron identificadas con dichos pensamientos que recorrieron sus mentes, aunque nunca se vieran realizados.
El guión, muy bien construído por Paul Schrader, nos narra una etapa de la vida de Travis en la que se encuentra en una crisis, en especial después de un desamor, mostrándonos el ambiente que tiene que soportar al conducir un taxi por las noches en los barrios más conflictivos y marginados de Nueva York. Robert DeNiro realizó una interpretación antológica, con escenas inolvidables como en la que habla al espejo antes de sacar la pistola. Una de aquella desconocida Jodie Foster realiza un estupendo trabajo, sobretodo teniendo en cuenta su edad al tener que interpretar a una prostituta. Bernard Herrman escribió aquí su última partitura, logrando una música desasosegante e hipnótica, con un empleo del saxofón para expresar la soledad de Travis. También merece la pena destacar la excelente fotografía de Michael Chapman, con secuencias de difícil planificación.
En definitiva, obra maestra que marcó un antes y un después en el mundo del cine, recomendable para todo el que pueda soportar escenas de gran violencia y un ambiente tan deprimente y desagradable como el que rodea a Travis.
Jorge López Fernández
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