Temo que el título de mi crítica será lo mejor que tenga que decir acerca de la cinta, pero tenía que intentarlo. Veamosssss... Por todos es sabido que todo lo que caga Hitchcock es arte, yo incluido, y siempre queda feo el defenestrar alguna de las múltiples aportaciones que tuvo a bien el director entregar a la historia del cine. Sin embargo, ocurre muchas veces, aunque no sea una excepción propia del director, que lo que pudiera resultar artístico -por seguir con la terminología- allá en los 40 se apolille inmisericordemente con el paso de los años, hasta derivar en el rancio subproducto ("sub" por no cumplir con los estándares de calidad a los que nos tiene acostumbrados Hitch) que hoy tenemos entre manos.

Y es que me resulta muy difícil encontrar la tensión, la intriga, la incertidumbre, ¿el titubeo? en una historia como ésta, donde lo que uno más desea es que el supuesto asesino se cargue sin reparos a toda la puta familia protagonista. Con saña, oye. Primero a esa madre que no sabe actuar sin la sonrisa de pánfila en la cara y que no hay cojones a callar. Luego a los mocosos repelentes y listillos con cara de necesitar un buen puñetazo en el estómago. Más tarde al padre y al colega, compañeros de juegos idiotas que buscan ser un gag que relaje el ambiente ya laxante de la obra. Para terminar con el/la imbécil de Charlie, en sus dos versiones: la tipeja con las mismas manías que su madre y el añadido de correr con los puños cerrados y los brazos estirados, ridícula ella, y el enigmático, es un decir, tío Charlie, asesino y filántropo según el día, todo un gilipollas.

Al margen, no obstante, de interpretaciones deleznables, un uso de la música que busca crear atmósfera y sólo revienta los oídos, la ingenuidad asqueante que lo empapa todo y lo forzado en general de cualquier situación, anquilosadas todas ellas, como embarradas por las décadas y el apetito voraz de las polillas, nos queda una película únicamente pasable y previsible, que no interesa especialmente en ningún momento y cuyo metraje, en todo caso, es a todas luces excesivo para la tontería, en realidad, que se nos cuenta.

De lo peor de Hitchcock.