Esta es una de las películas en las que te preguntas por qué a partir de unos elementos potencialmente tan buenos ha salido un resultado tan malo:

1. Walter Matthau es un gran actor, y es un gran actor de comedia, como ha demostrado sobradamente. El resto del reparto quizás no brilla tanto, pero es correcto.

2. La producción es ambiciosa y está bien hecha: gastan dinero en barcos y en rodar en localizaciones impresionantes, las caracterizaciones de los personajes (maquillaje, vestuario...) están muy bien... es digna del buen Hollywood.

3. Roman Polanski es un gran director, y quien lo dude sólo tiene que ver El pianista. Pero parece que esta película era por encargo, o que no tiene talento para rodar películas de aventuras (eh, no todo el mundo es Peter Weir).

Hasta aquí lo bueno, ahora lo terrible, lo que hace que la película se hunda sin remisión en el abismo:

4. Es una comedia sin un ápice de gracia: el guión NO es gracioso, los diálogos y las situaciones son de comedia, pero no te ríes... ves que deberías reírte, que los elementos están ahí, pero no te ríes. FALLO GARRAFAL en una comedia.

5. El ritmo es cansino, soporífero. Uno no aspira a un ritmo extenuante y excesivo como el de Piratas del Caribe o La Jungla de Cristal, pero... caramba, una película de aventuras/comedia en la que estás esperando a ver si cambia la escena... no funciona en absoluto. Las películas de piratas con Errol Flynn tienen un ritmo mucho más lento que las actuales, pero disfrutas como un enano viéndolas.

6. La banda sonora está compuesta sin mucha gracia, pero lo peor es que está colocada sin ton ni son, con lo cual se carga los momentos emotivos y épicos, sonando cuando NO toca. Y los efectos sonoros tampoco es que sean la gran maravilla.

En resumen, mucho dinero gastado, mucho talento presente, y el resultado final es una pifia histórica. A veces pasa. Por suerte, no muy a menudo. No compren el DVD.