Mucho tiempo hacía que no volvía al cine, por el precio, por la desgana de los títulos en cartel, o por simple vagancia. Pero Clint Eastwood, merece, para mí, el regresar al cine, aunque sea en una sesión matutina. Confieso que no soy objetivo, porque siempre me ha gustado Eastwood, como actor y como director, cuanto más mayor se hace este último icono del cine más me gusta el producto final, pero es que además en este film, me parece ver a todos los personajes de eastwood “re-mezclados” (véase los gestos, las miradas e incluso las miradas que nos muestra por última vez, o no) en un personaje, que creo tiene mucho de la persona, lo que hace que nos emocione más aún la historia ya que conocemos mucho de este “jubilado”.
La película nos coloca ante un personaje, mayor, cascarrabias, solitario y gruñón, que nos parece por momentos cómico, e incluso nos parecería insoportable si no fuese por su edad, pero la vida le llevará a replantearse todo lo que creíamos era y todo lo que él mismo creía ser. Será porque la edad es lo que da la experiencia