Interesante historia futurista. Robin Williams nos regala una actuación adecuada, como casi siempre. Jugando un poco a ser dioses, la historia nos va adentrando en buscar dentro de nosotros mismos, esos actos de mal juicio que están en la película de nuestra propia vida.
La propuesta para este filme es interesante, casi rayando en la ciencia ficción y el simbolismo, sin embargo creo que el tiempo le hará mejor justicia a esta película que aún no ha trascendido.
Moraleja: Tengo que cambiar mi maldito chip, por que ya caducó.