Al igual que a muchas personas el hecho de que Shyamalan haya decidido hacer la versión cinematográfica de esta ha supuesto mi interés en ver una serie que seguramente nunca hubiera tenido ni ganas ni intención de ver.

Un grave error por mi parte, mi hermano me convenció para empezar a ver esta animación, y he de ser sincera, empecé sin ganas, pero en una semana me había visto las 3 temporadas, y estaba totalmente enganchada, no es una de las mejores series de animación que he visto, no, es la mejor.

Cada episodio es una nueva lección que aprender, lecciones que a veces a los adultos se nos olvidan. Esta obra maestra, porque no hay otra forma de describirla, te enseña el verdadero valor de la amistad, el amor, la inocencia, y sobre todo la auto superación personal, te enseña a luchar cada día con el propósito de ser mejor persona y te enseña a conocerte a ti mismo y sobre todo a perdonar (parece que a la versión cinematográfica se le olvidaron estos valores fundamentales). Lo más importante es que cada personaje tiene su propia personalidad, son totalmente humanos y van sufriendo cambios. Cada cambio que van haciendo, cada aventura que viven supone un paso más hacia la madurez en la que te sientes identificado durante toda la obra.

Una serie totalmente tierna, entretenida, y lo más importante, esta serie no entiende de edades. El viaje del protagonista supone su aprendizaje y con él el tuyo.