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Voto de stikma:
7
8,1
20.181
14 de mayo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando alguien se satura de la comercialidad del cine actúal tiene que llevar la terapia de volver al buen cine, de buscar entre los clásicos y retroceder en el tiempo para llevarse una grata sorpresa, sobre todo porque esperaba una comedia romántica, en esta época dorada el dinamismo de los personajes es total, se manejan con soltura, improvisan gestos y expresiones y muestran todas sus cualidades, luego una película perfectamente escrita y dirigida la colocan sin duda en un producto indispensable.
Y realmente es imprescindible por el tema que trata, el alcoholismo, a día de hoy hay muy buenas cintas sobre las adicciones en general, son incluso más profundas e hirientes, sobre todo para los consumidores de sustancias centrales, para que aquellos que buscamos sentirnos bien con ellas, pero en esos días de vino y rosas hay un tratamiento más delicado, cómo una pareja que apunta lejos, que se siente en el paraíso y que tiene sus principios, pasa de la diversión a la pérdida del control, a rebajarse de categoría, al descuido del día a día, a preguntarse ¿quién será este borracho?, a ver la realidad y a afrontarla... y es que el éxito sin duda es que quien la escribiera a ido paso a paso mostrando la imagen social y laboral de los personajes, diferenciando con enorme calidad la dependencia y la abstinencia de ambos; incluso para aquellos que nunca hayan probado ni el brandy con crema de cacao alguna vez en sus vidas, esta sencilla historia les hace pasar el mal trago, les hace comprender que la botella es Dios, que nada importa, sólo otro trago.
Y realmente es imprescindible por el tema que trata, el alcoholismo, a día de hoy hay muy buenas cintas sobre las adicciones en general, son incluso más profundas e hirientes, sobre todo para los consumidores de sustancias centrales, para que aquellos que buscamos sentirnos bien con ellas, pero en esos días de vino y rosas hay un tratamiento más delicado, cómo una pareja que apunta lejos, que se siente en el paraíso y que tiene sus principios, pasa de la diversión a la pérdida del control, a rebajarse de categoría, al descuido del día a día, a preguntarse ¿quién será este borracho?, a ver la realidad y a afrontarla... y es que el éxito sin duda es que quien la escribiera a ido paso a paso mostrando la imagen social y laboral de los personajes, diferenciando con enorme calidad la dependencia y la abstinencia de ambos; incluso para aquellos que nunca hayan probado ni el brandy con crema de cacao alguna vez en sus vidas, esta sencilla historia les hace pasar el mal trago, les hace comprender que la botella es Dios, que nada importa, sólo otro trago.