Cuando una se propone ver una película de Fernando Colomo, sabe que al menos se va a encontrar con un trabajo técnicamente impecable, y así sucede con este discreto trabajo, que me ha parecido muy entretenido y entrañable, sin ser nada del otro mundo. Parece ser que todos los usuarios coincidimos en que la fotografía es preciosa, ayudada en gran parte por los magníficos paisajes granadinos, pero las actuaciones tampoco están nada mal. Colomo, como en él es habitual, se rodea de un elenco de actores que cumplen a la perfección con su cometido. Al inglés Matthew Goode, que se lleva el papel principal, le descubrí en "Match point" de Woody Allen, y allí me encantó, fue uno de los motivos que me animaron a ver esta película. Aquí Goode está encantador, perfecto en su papel de joven extranjero que se convierte de la noche a la mañana en centro de atención de un pequeño pueblo de la sierra de Granada. Junto a él una Verónica Sánchez que estaba muy de moda por aquella época, ya que se dejaba ver por la serie de televisión "Los Serrano". Aunque es cierto que quizás el director abuse de sus desnudos, Verónica está francamente creíble en su papel de joven lugareña que enamora al visitante inglés. El tercero en discordia es el divertido Guillermo Toledo, un actor que nunca defrauda, y que destaca el lado simpático de la película. Por allí también se dejan ver actores de la talla de Antonio Resines, cada vez más difícil de ver por estos lares, y una entrañable Angela Molina, que me ha encantado. La sorpresa de la cinta está en la cantante extremeña Bebe. No pensaba que actuaría tan bien, pero tengo que reconocerle que está perfecta en su papel. Merece la pena su visionado, pasaréis un rato agradable en compañía de estos lugareños andaluces.