John Rambo es el padre del último superviviente. Película de culto, Acorralado es pionera y sobre todo, mítica. Tuve la suerte de verla en el cine y sus frescos paisajes montañosos son una maravilla, por lo visto la película fue rodada en Hope, Kettle Valley, en la Columbia Británica, y de ahí parte también su espectacularidad en la acción.

John Rambo representa al héroe que vuelve a su tierra y se encuentra que es, evidentemente, un desconocido. Nadie quiere héroes de una guerra tan polémica. En realidad podemos vernos en él cuando nos van cerrando puertas y descaradamente nos quieren quitar de en medio. No ya es que estemos apartados del funcionamiento de los estamentos, sino que además no nos quieren ver.

Algunos callan ante esto. Pero Rambo es otra contestación. Es otra forma de expresión, la violencia y regodearnos en ella; explicando punto por punto como se tiene que responder a todo aquel, sobre todo funcionario, que vaya a por uno. Porque se han equivocado. Han ido a vacilar a quien puede destrozar la ciudad antes de que se le haga la hora de cenar. No cometamos el error de querer ver en esta película más allá de lo que simplemente es. Esto es cine, entretenimiento, diversión. También tiene mucho que ver el concepto de libertad del ciudadano americano, en el que para la defensa de esa libertad personal es lícito incluso el uso de las armas.

Obsérvese como aparece el coronel en escena en un santiamén y nadie le ha llamado. Y de uniforme. Ha tenido que hacer falta que uno se cabree para que le presten atención. Alguien tenía que dar el debido contrapunto al despliegue policial:
-He venido a salvarles de él. He venido a salvarles del ciudadano cabreado.
Luego, pasa lo que pasa, que el día se convierte en Un día de Furia.