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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
10
Drama Un análisis sobre el poder de la televisión, que retrata un mundo competitivo donde el éxito y los récords de audiencia imponen su dictadura. Howard Beale, veterano presentador de un informativo nocturno, es despedido cuando baja el nivel de audiencia de su popular programa. Sin embargo, antes de abandonar la cadena, ante el asombro de todos, Beale anuncia que antes de irse se suicidará ante las cámaras, pegándose un tiro en directo en ... [+]
27 de noviembre de 2019
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
William Holden es un actor al que se le tiene especial cariño por esos papeles tristes en películas claves. Esas películas son las de su madurez cuando ya no se ejerce de joven romántico, si no de un romántico a extinguir, y esas películas en su haber son exitosas.

En esta obra de Sidney Lumet tienes a su lado, otro romántico en ciernes, Peter Finch, en el papel de iracundo profeta Sr Beale. Pero ¿qué posibilidades tienen dos románticos heridos, uno por la vejez y el otro porque ha bajado su índice de audiencia, cuando enfrente tienen ni más ni menos que a Ned Beatty, en otro papel sobresaliente, a Robert Duvall, un duro sin ápice de sentimientos, y a Faye Dunaway, haciendo del mismísimo diablo?

Por eso hay que interesarse por esta magna obra de procederes y sentimientos encontrados presentados a través del mundo periodístico, con tramas y subtramas. Una película que consigue un extraño aire futurista, como si fuera una película de ciencia ficción en la que aparece la interminable cadena del mecanismo del Gran Hermano a lo 1984, es como una pesadilla que se oculta perfectamente en el devenir real diario, así, aunque creas que no pasa nada, se puede adivinar una confabulación solapada en la que las fuerzas, no opresoras en sí, si no tan solo dominantes, te dicen lo que debes consumir y al son del toque de su silbato, de manera que ellos, esa gente que permanece oculta y silenciosa, en su mundo, puedan seguir recibiendo beneficios. La explotación es completa y en cierto modo, inocua.

Ned Beatty gesticulando desde el fondo de la sala, sencillamente, te asusta, y de la misma forma, lo admiras. Es la atracción del poder, el hechizo de la serpiente, el cómo te engatusan cuando quieres protestar para que desistas del empeño. Te insulta e increíblemente, se lo agradeces. Es un excelente vendedor. Ese actor siempre en segunda fila demuestra con creces su profesionalidad y ha dejado huella en el cine. Creo que nos hace un favor al decirnos que somos monos, ellos no, claro, nosotros, formamos una sociedad de monos. Lo vemos diariamente y nos negamos a creerlo. Somos marionetas, robots, estamos fabricados en serie, numerados, no existe la independencia. No existe el individuo. Creemos ser libres y no hacemos más que imitar lo que vemos.

Opino que es una película indispensable por tratar con un magnetismo especial ese mundo competitivo de los profesionales de la información.
<<Estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo>>

Y, cómo no, ese trance romántico que para mí es más importante que el laboral, entre Holden y Faye Dunaway, expuesto de una manera tan natural y pausada; sufrida por el que ama y distante por el que no. Únicamente el viejo Holden hace un llamamiento a la decencia: <<Sólo quiero que me ames.>>

A continuación se transcriben las máximas de las Fuerzas Primitivas de la Naturaleza:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
floïd blue
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