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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
7
Comedia Max y Charlie son dos viejos amigos cansados de sus mundanas vidas que se reencuentran en una reunión para celebrar los 25 años de su graduación en el instituto, y deciden dar un vuelco a sus vidas para volver a empezar de cero. Su idea: fingir sus muertes y asumir nuevas identidades. (FILMAFFINITY)
18 de octubre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaríamos hablando de una comedia con cierta clase, apta sin muchos reparos, aceptable hasta para los escépticos en Adam Sandler, si no fuera por el tono gamberro subido de tono. Las escenas con el bueno de Luis Guzmán y otras del estilo hacen que no sea una comedia para todos los públicos, pero que aún no siéndolo estamos ante una película de humor bastante recomendable.

Tenemos al Adam Sandler de siempre, con sus bermudas y su camisa de manga corta, en una frenética historia de suplantación de identidades que a pesar de lo fantasiosa que es, presenta una buena y simpática historia de amistad (de esas muy americanas) cargada de gags. Algunos son finísimos como los relativos a la sucursal bancaria en el supermercado, otros sutiles y los más, algo abruptos, pero las cosas son así y así hay que tomarlas. Por otro lado, The Do-Over tiene una música de fondo de lo más lograda, tanto que interesa saber que corre a cargo de Rupert Gregson-Williams, del que podemos informarnos que su espléndida trayectoria no es casual. Lo mismo añadiremos de Steven Brill, del que aún confirmando que se dedica más que nada a historias chorras, no sería de extrañar de que un día cualquiera sorprenda con un drama o un thriller sobresaliente. Las tomas turísticas, estivales, con una fotografía admirable y unos efectos especiales ajustados al máximo a lo que se cuenta, incluyen siempre el ambiente adecuado y los personajes precisos.

A pesar del tono caótico y desmadrado del film, todo el entramado se conjuga con un fondo sentimental, también fantasioso, si se quiere, pero que para lo que es el caso, concuerda notablemente. Son películas para su público, puede exasperar a muchos, no gustar y lo que se quiera, el tema es que sus escenas hay que tomarlas con la inteligencia debida, con la no inteligencia tal vez, asumir la propuesta y entrar en el juego, es la mejor forma de disfrutarla, pero claro, puede necesitarse algo de estómago o sencillamente, rechazarla sin más porque uno no quiera bajarse de su escalafón de dignidad.
floïd blue
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