Un Western no sólo se mide por la cantidad de disparos o tiroteos que se dan sino también puedes ser más inteligente y hacerlo por la calidad, la tensión y la preponderancia de la situación. Es decir, puede haber menos cantidad pero más calidad. En ‘La balada de Lefty Brown’ hay tiroteos, política y reliquias: esa placa de Marshall que luce Tom, esa fotografía de época de los cuatro amigos, protagonistas, que Lefty evoca con lealtad aunque conforme pase el metraje la va observando más desilusionado. También historia, del estado de Montana en particular donde se hace alusión a una serie de materias primas que había, el oro entre ellas; la instauración de los primeros Gobernadores y Congresistas, no me he puesto a investigar pero al parecer hay algo de verídico en esta balada tipo Western.

Se nos presenta a dos personajes, en una película que va de menos a más, Eddie y Lefty. El primero sobrio y cabal acompañado siempre de Lefty un tipo bobalicón al que le gusta hablar por hablar y que además la gente que le rodea no le tiene demasiado respeto. Edward a punto de partir para Washington como Congresista es disparado y asesinado por un forajido en compañía de su leal amigo Lefty. Muere vilmente. Lefty jura venganza ya en el rancho de Edward, al tipo que mató a su amigo delante de quien fue su devota esposa, y es aquí donde empieza esta gran aventura, la odisea de Lefty con reencuentros, tiroteos, emboscadas y sorpresas. Ese niño llamado Billy que apadrina el ‘atrasado’ Lefty. Y malos, malísimos como el Rubio sin ningún tipo de escrúpulo.

En ‘La balada de Lefty Brown’ me han parecido extraordinarias las interpretaciones no sólo de Bill Pullman también la de Tommy Flanagan. Que va de Marshall que puede pasar del blanco al negro, de ser un diestro pistolero a un terrible borracho que bebe de las escupideras. El Gobernador, Jim Caviezel, amigo de todos los mencionados quizá no está del todo inspirado pero ejerce un rol decisivo. También Kathy Baker.

Y luego está el final. Pura adrenalina, traición y ajusticiamiento donde todos los personajes relevantes del film entran en escena con una pequeña o gran aportación que hace que para mí este sea un Western con gran empaque, siempre al estilo de Eddie