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Seychelles · Monchópolis
Voto de Monchita:
3.118
Comedia. Drama
Tres veinteañeros que aman el vino y las mujeres, pero que nunca han disfrutado de la compañía íntima de una mujer, con el pretexto de hacer un itinerario enológico, vienen a España con la esperanza de perder su virginidad. Nada los detendrá, ni siquiera sus respectivas discapacidades: uno de ellos es ciego, otro está postrado en una silla de ruedas y el tercero es completamente paralítico. (FILMAFFINITY)
1 de septiembre de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres jóvenes belgas planean viajar hasta España para perder su virginidad en un burdel. Un argumento típico de comedia descerebrada sobre tardoadolescentes que se diferencia de las demás porque sus protagonistas sufren algún tipo de enfermedad o discapacidad: uno es tetrapléjico, otro ciego y, el último, va en silla de ruedas a causa de un cáncer terminal.
'Hasta la vista', ganadora de la Espiga de oro, es una road movie de buenas intenciones, plagada de elementos propios del subgénero: el viaje de autodescubrimiento, el fortalecimiento de la amistad o los diversos baches que habrá que salvar para lograr el objetivo (en este caso, por ejemplo, juega un papel importante la familia de los chicos). Con todo esto se consigue un desarrollo harto convencional y una resolución previsible.
Los hechos, durante todo el metraje, adquieren un carácter tragi-cómico. Sin olvidar que se trata de personas impedidas, la película pretende mostrar la cara amable y alegre sobre las posibilidades que ofrece la vida.
La pega más grande de 'Hasta la vista' es el excesivo dilatamiento en la presentación de los personajes. Se tarda demasiado en empezar el viaje (es una road movie, no lo olvidemos) y eso repercute en el ritmo narrativo. Habría sido mejor para la fluidez argumental el ir conociendo durante el trayecto las personalidades y evolución de los caracteres de los personajes y no tratar de definirlos tanto en el prólogo. Aún así, la composición de los personajes es francamente carismática, en especial la del chico tetrapléjico: es un tío desagradable, bocazas y mandón; se aprovecha de su situación para herir a los demás injustamente aunque, en el fondo, tiene buen corazón.
En la parte final, los acontecimientos se precipitan pues, una vez superado el último obstáculo, se va a saco a por la resolución. Lo importante es quedarse con las buenas intenciones de este film belga y su canto al optimismo: estar gravemente enfermo no es un impedimento para disfrutar de los placeres de la vida como la amistad, el amor o la belleza de los paisajes naturales.
'Hasta la vista', ganadora de la Espiga de oro, es una road movie de buenas intenciones, plagada de elementos propios del subgénero: el viaje de autodescubrimiento, el fortalecimiento de la amistad o los diversos baches que habrá que salvar para lograr el objetivo (en este caso, por ejemplo, juega un papel importante la familia de los chicos). Con todo esto se consigue un desarrollo harto convencional y una resolución previsible.
Los hechos, durante todo el metraje, adquieren un carácter tragi-cómico. Sin olvidar que se trata de personas impedidas, la película pretende mostrar la cara amable y alegre sobre las posibilidades que ofrece la vida.
La pega más grande de 'Hasta la vista' es el excesivo dilatamiento en la presentación de los personajes. Se tarda demasiado en empezar el viaje (es una road movie, no lo olvidemos) y eso repercute en el ritmo narrativo. Habría sido mejor para la fluidez argumental el ir conociendo durante el trayecto las personalidades y evolución de los caracteres de los personajes y no tratar de definirlos tanto en el prólogo. Aún así, la composición de los personajes es francamente carismática, en especial la del chico tetrapléjico: es un tío desagradable, bocazas y mandón; se aprovecha de su situación para herir a los demás injustamente aunque, en el fondo, tiene buen corazón.
En la parte final, los acontecimientos se precipitan pues, una vez superado el último obstáculo, se va a saco a por la resolución. Lo importante es quedarse con las buenas intenciones de este film belga y su canto al optimismo: estar gravemente enfermo no es un impedimento para disfrutar de los placeres de la vida como la amistad, el amor o la belleza de los paisajes naturales.
