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Seychelles Seychelles · Monchópolis
Voto de Monchita:
5
Drama En Beirut, varias mujeres se reúnen en un salón de belleza, un microcosmos colorista y sensual. Layale ama a un hombre casado. Nisrine, que es musulmana y está a punto de casarse, tiene un serio problema: ya no es virgen. Rima se siente atraída por las mujeres. El problema de Jamel es que se resiste a envejecer. Rose ha sacrificado su vida para cuidar de su hermana que padece demencia senil. (FILMAFFINITY)
24 de octubre de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hecha por mujeres y ¿para mujeres?, Caramel construye una semi-azucarada película de historias cruzadas. Cinco mujeres, cinco historias y poca chicha. Nadine Labaki se queda en lo superficial, en lo políticamente correcto. Hasta parece que, una vez está terminando el metraje, las historias no han evolucionado absolutamente nada, aunque sí lo hayan hecho (algunas muy levemente), porque es tan suave, tan poco profunda, que no deja poso. Y eso que podría haber sido una interesante reflexión sobre cómo es/cómo aparenta ser la vida de las mujeres en Líbano una vez alcanzan cierta edad.

La una, enamorada de un hombre casado y la muy tonta se empeña en sufrir. Erre que erre... No le basta con tener una heridita, no, la tía tiene que hurgar hasta que se le infecta y esté bien jodida. Moraleja: no te enamores del primer imbécil que te hace caso. Desgraciadamente estas cosas pasan. Es una jodienda no poder elegir de quién enamorarte. Labaki se reserva para sí el mejor papel, a lo Allen o Moretti, y no le queda grande puesto que su cara refleja esa mezcla de mujer de carácter y dulzura requeridos por su personaje. Otra se va a casar pero ya no es virgen. Y se lo tiene que ocultar a su marido a toda costa. Esta historia plantea un interesante dilema moral y religioso. Podría haber dado más juego pero se resuelve de forma chusca, casi sin importancia ni peso en la historia. Muy mal, Labaki.
Una vieja que se resiste a hacerse mayor. Menudo personaje más irritante y patético han compuesto. Prescindible.
Luego hay por ahí una señora que no puede ser feliz debido a que cuida de su hermana, demente senil (o eso creo). El intento de hacer de la viejecita demente un componente cómico no cuaja con el resto de la película. Si lo hubieran hecho de forma que sintiéramos lástima de ella y no nos riéramos de la situación, habría quedado más creíble. Además, la vieja tenía una voz chirriante, un mezclijo entre el Pato Donald y la voz del niño de 'El tambor de hojalata'.
Y bueno, la que me parece la peor de las historias es la de la lesbiana. Muy poca valentía para hablar del tema de la homosexualidad. Y muy poca sutilidad para tratarlo sin que cante tanto. O lo haces bien, o no lo hagas. Mucho tendrá que ver el hermetismo mental y los tabúes de su religión y de su cultura, sin embargo, se podría haber sacado a este personaje aún más jugo. Y no me vale que me venga con metáforas tan churreras para ir de guay (ese corte de pelo...).

Caramel se puede ver si no esperas algo trascendental ni evolutivo en el carácter de las mujeres protagonistas. Lo siento mucho porque, si está hecha -especialmente- para que las mujeres empaticemos con las protagonistas, no lo ha conseguido. Más profundidad, más desarrollo le ha faltado. Es el hándicap de las películas corales.
Monchita
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