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Voto de Juanjo Iglesias:
4
Thriller. Terror. Drama Juliet (Hilary Swank) es una joven médico de Nueva York que, tras separarse de su marido, se instala en un cómodo apartamento en el barrio de Brooklyn con la intención de iniciar una nueva etapa en su vida. Pero pronto descubre que es víctima de un obseso que la vigila y la asedia. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sello de la Hammer siempre fue la realización de producciones de bajo presupuesto, que poseían encanto, mucha pasión por el cine y actores que llegaron a ser grandes mitos. De estas tres premisas, The Resident lo único que mantiene es un cameo, largo si queremos, del Sr. Christopher Lee.

Fue una sorpresa para mí, volver a ver a la Hammer produciendo una película irlandesa, como "Wake wood", con sabor a ese terror británico sobre lo oculto y me agradó bastante. También fue interesante el Re-make de "Let me in", en 2010, que aunque muy lejos del original y con un producto fabricado como mero negocio, me hacía albergar ciertas esperanzas para futuras cintas de terror de la productora. Pero hoy esas esperanzas se han perdido en el olvido, mientas veía este presunto thriller psicológico de terror, que de thriller no tiene ni el ritmo adecuado, de psicológico no tiene absolutamente nada, porque los personajes pueden ser cualquier cosa, menos creíbles y de terror tiene tres sustos mal pergeñados.

El planteamiento nace de una buena idea, que ya carece de interés y originalidad por haber sido usada y denostada hasta la saciedad. Una joven bella y muy “Jasp”, decide alquilar un apartamento en el puente de Brooklyn, tras haberse separado de su marido (bien podríamos citar grandes películas, como “Cosas que nunca te dije” de Coixet u obras maestras como “El fantasma y la Sra. Muir”, del gran Mankiewicz con el mismo recurso argumental y a esto le añadimos un psicópata sin personalidad como personaje, que cuando más profundiza en él, nos cuenta que es tan cobarde como su padre.

A partir de ahí, un novato como Antti Jokinen, que estimo podría ser valorado en un futuro para subproductos comerciales con grandes beneficios, en producciones protagonizadas por Gerard Butler o cualquier otro “seudo-actor-sobre-hormonado”, se pierde en, flashbacks incluídos, una loca peripecia dirigida exclusivamente a imitar de forma grotesca y deslucida al maestro del suspense, Alfred Hitchcock y al maestro de los espacios y los ambientes cargados y tétricos, Roman Polanski.

Con ese estilo de vago de la clase de cine, Jokinen pretende con su psicópata de alguna forma emular al maravilloso Norman Bates de Anthony Perkins, introvertido y demente pero únicamente sobre el papel y esos espacios maravillosamente opresivos de “El quimérico inquilino”, que esta vez más que opresivos, eran aburridos por falta de ideas en cuestiones fotográficas o de iluminación y narrativamente absurdas y muy poco creíbles.

Una buena actriz como Hilary Swank no tiene espacio o lugar para desarrollar sus dotes interpretativas, como lo hiciera dentro de ese inolvidable personaje llamado Maggie Fitzgerald.

La música de John Ottman es correcta, pero anodina, apoya las escenas, pero carece de personalidad o cualquier tipo de magia. Sería correcta en cincuenta thrillers más.

Esperemos que la Hammer vuelva a sus patrones clásicos y al menos intente ser independiente.
Juanjo Iglesias
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