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Voto de Gato:
4
5,6
21.334
Intriga. Fantástico. Thriller. Drama
Durante unas vacaciones en un paraíso tropical, una familia empieza a percibir que en la recóndita playa elegida para relajarse unas horas suceden algunas anomalías temporales...
1 de agosto de 2021
263 de 400 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay nada que esté bien hecho en esta película.
Para empezar, se supone que es una historia en la que tendría que existir tensión y suspense, pero el batiburrillo incesante de descubrimientos hace que sea imposible. Una cosa tras otra se van pisando y matando el efecto de lo anterior, convirtiendo el conjunto en una hora y media de gente corriendo de un lado a otro de una playa que, como todo lo demás, Shyamalan no aprovecha ni en su más mínima expresión.
A los personajes les pasa un poco lo mismo, hay tantos y la aproximación a ellos es tan escueta, superflua y tópica, y sus diálogos y reacciones son tan forzados y anodinos, que es imposible empatizar con ninguno y acaba dando lo mismo lo que les ocurra a unos y otros. El trabajo de los actores, salvo quizás el de Gael, tampoco es que ayude, aunque para ser sinceros el guion no hay por donde cogerlo, con unos agujeros de tamaño considerable, incoherencias constantes y una resolución más que cuestionable para alguien con semejante experiencia.
Y de la caracterización mejor no hablar, porque es absolutamente insostenible y parece imposible que nadie le haya dado el visto bueno, claro que parece casi hasta aceptable comparada con el uso de la cámara que hace Shyamalan, absolutamente absurdo y con planos en los que la imagen se mueve de un extremo a otro por pura impostura, sin ningún sentido, propósito o continuidad a lo largo de la película como símbolo o al menos toque estético, solo que en ese momento le apeteció ir con la cámara de aquí para allá. Como quien la ata a un cordel enredado colgado del techo y deja que dé vueltas.
Para empezar, se supone que es una historia en la que tendría que existir tensión y suspense, pero el batiburrillo incesante de descubrimientos hace que sea imposible. Una cosa tras otra se van pisando y matando el efecto de lo anterior, convirtiendo el conjunto en una hora y media de gente corriendo de un lado a otro de una playa que, como todo lo demás, Shyamalan no aprovecha ni en su más mínima expresión.
A los personajes les pasa un poco lo mismo, hay tantos y la aproximación a ellos es tan escueta, superflua y tópica, y sus diálogos y reacciones son tan forzados y anodinos, que es imposible empatizar con ninguno y acaba dando lo mismo lo que les ocurra a unos y otros. El trabajo de los actores, salvo quizás el de Gael, tampoco es que ayude, aunque para ser sinceros el guion no hay por donde cogerlo, con unos agujeros de tamaño considerable, incoherencias constantes y una resolución más que cuestionable para alguien con semejante experiencia.
Y de la caracterización mejor no hablar, porque es absolutamente insostenible y parece imposible que nadie le haya dado el visto bueno, claro que parece casi hasta aceptable comparada con el uso de la cámara que hace Shyamalan, absolutamente absurdo y con planos en los que la imagen se mueve de un extremo a otro por pura impostura, sin ningún sentido, propósito o continuidad a lo largo de la película como símbolo o al menos toque estético, solo que en ese momento le apeteció ir con la cámara de aquí para allá. Como quien la ata a un cordel enredado colgado del techo y deja que dé vueltas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero, si hay algo que esta mal mal mal mal mal, terriblemente mal, peor incluso que el maquillaje de viejos que hace grande el del final de Harry Potter (no he visto envejecer a nadie) y la señora que se muere rebotando contra las paredes (ridículo absoluto), es el final.
Desde que los "niños" descubren la conveniente carta en código (recurso digno de un relato para niños), es evidente que todo va a ir cuesta abajo, pero ni te imaginas lo que se te avecina. Porque Shyamalan, después de "asesinar" a sus protagonistas, te va a contar todo de la forma más chufla posible, como si fuera una telefilm de sobremesa. ¿Se acaba ya? ¡No!, porque entonces aparecen los niños y entonces... ¡te hace un flashback a cuando se creía que se morían para que veas, sin ningún tipo de suspense, como es evidente (uy, cuidado, que se engancha con el coral, qué emoción...), la forma en que se salvaron! ¿Se acaba ya? ¡No! Porque para dar un poco más de vergüenza los "niños" contactan con un policía, que por supuesto les cree sin problema (lo normal cuando te viene alguien de 50 años a decirte que es un niño de 6), para que detenga a todos los malos y acabe con su maléfico imperio.
De verdad, ¿no era mejor dejar las cosas sin explicación y que la película acabara con ellos escapando? ¿No tiene mejores recursos el señor Shyamalan para sugerir la resolución que una cutrez como que el que el supervillano cuente su plan malvado a cámara? Claro que con grandes giros de guion como que el señor racista violento que dice incoherencias desarrolle demencia (sorpresa), coja el cuchillo del lugar donde tan bien nos han mostrado que se guardó (sorpresa doble) y mate al señor negro que tenía atravesado (sorpresa triple), pues ya debería habernos quedado claro que Shyamalan no es de sutilezas y que lo que le gustan son las obviedades de trazo grueso.
Lo dicho, todo mal, muy mal.
Desde que los "niños" descubren la conveniente carta en código (recurso digno de un relato para niños), es evidente que todo va a ir cuesta abajo, pero ni te imaginas lo que se te avecina. Porque Shyamalan, después de "asesinar" a sus protagonistas, te va a contar todo de la forma más chufla posible, como si fuera una telefilm de sobremesa. ¿Se acaba ya? ¡No!, porque entonces aparecen los niños y entonces... ¡te hace un flashback a cuando se creía que se morían para que veas, sin ningún tipo de suspense, como es evidente (uy, cuidado, que se engancha con el coral, qué emoción...), la forma en que se salvaron! ¿Se acaba ya? ¡No! Porque para dar un poco más de vergüenza los "niños" contactan con un policía, que por supuesto les cree sin problema (lo normal cuando te viene alguien de 50 años a decirte que es un niño de 6), para que detenga a todos los malos y acabe con su maléfico imperio.
De verdad, ¿no era mejor dejar las cosas sin explicación y que la película acabara con ellos escapando? ¿No tiene mejores recursos el señor Shyamalan para sugerir la resolución que una cutrez como que el que el supervillano cuente su plan malvado a cámara? Claro que con grandes giros de guion como que el señor racista violento que dice incoherencias desarrolle demencia (sorpresa), coja el cuchillo del lugar donde tan bien nos han mostrado que se guardó (sorpresa doble) y mate al señor negro que tenía atravesado (sorpresa triple), pues ya debería habernos quedado claro que Shyamalan no es de sutilezas y que lo que le gustan son las obviedades de trazo grueso.
Lo dicho, todo mal, muy mal.