La ambientación y el clima que se respira da para pensar en familias mafiosas y en venganzas ante las agresiones que puede estar sufriendo la empresa familiar, pero parte de la intriga consiste en ver si se recurre a la violencia o no.

En 1981 en Nueva York , Abel Morales ( Oscar Isaac ) es el dueño de una empresa de gasoil para calefacciones, que sufre el secuestro de varios camiones, que le hacen perder miles de dólares. La esposa de Abel, Anna Morales ( Jessica Chastain ), le ruega a Abel que luche contra la violencia con violencia, pero Abel se niega.
A su vez la compañía están siendo investigados por el asistente del fiscal de distrito quien parece decidido demostrar varias ilegalidades cometidas por Morales, a pesar de que éste insiste en que siempre se mantiene dentro de los márgenes de la ley.
Para superar a sus competidores, Abel negocia un trato, para comprar una terminal de fuel oil en el East River. Hace un gran pago inicial del 40% y para pagar el resto tiene 30 días o lo perderá todo.


Sorprende que la cuarta película de un director tenga tanta contundencia (los otros dos largometrajes también tienen bastantes quilates). J.C. Chandor es igualmente el guionista, un guión sin fisuras, sin grandes efectos pero solventado con una buena historia.
Oscar Isaac y Jessica Chastain interpretan con acierto ha este matrimonio.