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Estados Unidos Estados Unidos · Nueva York
Voto de Salvapantallas:
6
Thriller. Drama James Donovan (Tom Hanks), un abogado de Brooklyn (Nueva York) se ve inesperadamente involucrado en la Guerra Fría entre su país y la URSS cuando se encarga de defender a Rudolf Abel, detenido en los Estados Unidos y acusado de espiar para los rusos. Convencido de que Abel debe tener la mejor defensa posible, Donovan incluso rechazará cooperar con la CIA cuando la Agencia intenta que viole la confidencialidad de comunicaciones entre ... [+]
12 de noviembre de 2015
26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras siga en el negocio, Spielberg será el mismo visionario que juntó el cine artístico de los años 70 y el cine de entrenamiento. Cuarenta años después, Bridge of Spies no es una excepción. La fórmula es la misma: un hombre bueno que se enfrenta a situaciones extraordinarias, una narración de imágenes más poderosa que los diálogos y la habilidad de encontrar la receta perfecta entre diversión y optimismo.

Un espía soviético llamado Rudolf Abel (Mark Rylance) es capturado en Nueva York y se abre un juicio que a todas luces concluirá en pena de muerte. Abel es el enemigo público nacional. En su defensa se elige a un abogado de seguros, padre de familia y sin experiencia en política (Tom Hanks). Pronto, ambos se dirigirán a un escenario más importante: la posibilidad de negociar la liberación de un joven piloto americano capturado por los soviéticos a cambio de Abel.

Bridge of Spies es un constante juego de apariencias y las negociaciones a puerta cerrada dan vida a la intriga. El experimentado equipo de Spielberg propone poca reflexión del público a cambio de mucho entretenimiento. El guión no esconde sorpresas ni giros. Solo cuenta con la habilidad de los personajes para mantenerse firmes en un escenario tenso donde cualquiera puede apretar el botón de guerra.

Lo que no resulta una sorpresa pero sí un logro notable es la puesta en escena de Nueva York y Berlín de época, donde el escenario cobra protagonismo, como en el cine arte de los 70. Películas así ya escasean. Una demostración de ello es el fotograma inicial: el espía ruso pinta un autorretrato frente a una ventana con persianas; a lo lejos, el Brooklyn Bridge; de pronto, suena el teléfono y no se oye al interlocutor. Ahí tenemos al espía, al puente y al enigma.

Sin embargo, la película está cargada del patriotismo innecesario de Spielberg. Donde no hay una bandera estadounidense flameando, está la absurda comparación de que Estados Unidos sí trata bien a los enemigos capturados, mientras que los rusos sí torturan soldados americanos. También está el insufrible maniqueísmo por hacer de cualquier historia una película apta para todos.

Así y todo, con el aporte de un soberbio Mark Rylance que se roba el show, Bridge of Spies es un buen drama político repleto de momentos que recuerdan al viejo cine de alto contraste en la fotografía, la cámara en movimiento y la música clásica.
Salvapantallas
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