Divertida comedia convertida en clásico instantáneo nada más estrenarse. Es totalmente ochentera. Entretenida, sin pretensiones. Pensada para hacer pasar un agradabilísimo rato. Es imposible no reírse con esta película. Tiene de todo: humor, imaginación, amistad, amor, todo bien mezclado resultando un batido de lo más sabroso.

Buenas interpretaciones de los actores. Todo el mundo está en su lugar y no hay ninguno que chirríe. Quizá Christopher Lloyd está un poco sobreactuado pero al fin y al cabo, interpreta a un científico chalado. Destacar como genial Crispin Glover como el pringado padre de McFly y estupendo T. F. Wilson como el macarra Tannen. Lea Thompson también está correctísima como la madre adolescente mojigata y bobalicona de Marty.

A mí me pareció genial el descubrimiento que hace Michael J. Fox de cómo eran sus padres en su adolescencia, lo pasmado que se queda viendo lo frikis que eran y los divertidos esfuerzos que hace para que se hagan novios. ¡Que él nazca es un auténtico milagro con esos padres!. Creo que ese es uno de los puntos más fuertes de la película. Todos alguna vez hemos pensado: ¿cómo serían papá y mamá de jóvenes?...uhm...

Algunos momentos geniales de la peli: el primer encuentro en la cafetería de Marty McFly con su padre, mirándole como quien no da crédito y en la misma escena la famosa frase que le dice Tannen a McFly padre golpeándole en la frente: ¿hola, hola, hay alguien en casa?. También es hilarante cuando Marty descubre que su padre es un voyeur. Otro más: la primera escena del film con ese altavoz gigante...

Lo peor: los terroristas libios. Me pareció un poco tontorrón, pero bueno, se puede perdonar.

Todo el mundo ha visto ya esta película. Y no va nada mal verla de vez en cuando. Te pone de buen humor.