Nunca había oído de una idea así de original en el manido tema de los exorcismos. Un grupo de exorcistas muy peculiar, que combaten el mal con el mal. Han de mantenerse en pecado para poder ser poseídos ellos mismos. Una vez lo son, se suicidan llevándose al demonio consigo al infierno.

No solo es original y parece tener sentido, sino que además da mucho juego. El tener que mantenerse en pecado hace que les veamos hacer burradas y tonterías. Incluso llevan un registro de pecados. Eso está llevado con mucho humor.

El grupo de seis personajes está genial también, cada uno peculiar a su modo, son personajes muy disfrutables. Con esta premisa, el primer tercio está bastante bien. Sin embargo a partir de ahí el argumento es algo flojo. Las dos últimas partes bajan bastante y se hace hasta aburrido a veces. Podría ser mejor.