Es una experiencia curiosa ver este telefilm, tan correcto como cualquiera de los otros que TVE ha producido en los últimos años sobre nuestra historia contemporánea más reciente (vease, 23-F o Tarancón). Digo curiosa porque en su afán por no molestar a nadie, la película pasa de puntillas por casi todos los temas, pero a la vez los toca todos. Y eso es una virtud. Pero Miguel Bardem hace gala de su oficio dejando ver también una flagrante falta de nervio. No hay enganche en la película. No, no es el "Chacal" que en una escena de homenaje cinéfilo ve el Almirante Carrero. Y esa falta de suspense acaba por malograr lo que podría haber sido un estupendo film. No importan los actores, todos ellos metidos en papeles sin entidad, a veces meras caricaturas (aunque eso sí, todos cumpliendo muy bien, con especial atención a Enrique Villén, Casablanc y un Javivi al que muchos se asombrarán de ver), ni tampoco importa mucho el intento de engarzar con la historia real a través del inserto de imágenes reales del momento. La película es lo que es, está bien hecha, y cuenta con un aspecto positivo a resaltar: la secuencia completa del atentado, magníficamente rodada, y que sin duda es lo más elaborado que Miguel Bardem ha hecho nunca. Muy posiblemente el recuerdo tan potente de la gran escena análoga de "Operación Ogro" de Pontecorvo obligó a Bardem a echar el resto. Y muy bien echado. ¿Para cuando un montaje de ambas escenas para recrear el atentado en plan "multiángulo"?