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Voto de Vivoleyendo:
6
Drama Los conventos de la Magdalena en Irlanda eran gestionados por las hermanas de la Misericordia en nombre de la Iglesia católica. Acogían a muchachas enviadas por sus familias o por los orfanatos, que allí quedaban encerradas y a las que se obligaba a trabajar en las lavanderías para expiar sus pecados. Dichos pecados eran de distinta naturaleza: desde ser madre soltera a ser demasiado bella o demasiado fea, o demasiado simple o demasiado ... [+]
19 de enero de 2010
27 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
En muchos sitios y en diversas épocas y culturas ser mujer es un pecado y una lacra de por sí. La hembra humana desde su nacimiento es considerada y tratada como un ser inferior y abyecto. Una raza que por naturaleza y de modo congénito es defectuosa y trae la deshonra y la perversidad a civilizaciones dominadas por los hombres, los cuáles son los elegidos divinos y los que han de velar por la gloria de la Humanidad, castigando a las hembras díscolas.
Por supuesto, las desgraciadas que traen el sello del pecado, o que cometen cualquier acto deshonroso (o que son forzadas a cometerlo, siendo ellas simples víctimas), son juzgadas por la preclara justicia misógina. Si eres muy guapa, te condenan. Si eres un adefesio, te condenan. Si eres demasiado lista, te condenan. Si eres demasiado simple y torpe, te condenan. Si te acuestas con alguien siendo soltera, te condenan. Si eres madre fuera del matrimonio, te condenan. Si los hombres te desean, te condenan. Si te violan, te condenan. Y ya prácticamente sólo falta que te condenen por respirar, aunque creo que eso es lo que principalmente hacen.
En Irlanda, los vertederos a los que iban a parar los desechos de la decentísima sociedad eran unas cárceles, disfrazadas de instituciones religiosas, donde las infelices condenadas iban a dar con sus huesos de por vida. Algún fallo inadmisible debía de tener la sociedad irlandesa, ya que decenas de miles de mujeres perdidas se pudrían como ratas en esos antros llenos de gentuza vestida de hábito y sotana que rezaba a Dios mientras destrozaba física y mentalmente a un montón de mujeres, algunas de ellas casi niñas. Imagino que, si existiera ese Dios al que tanto rezaban hipócritamente, volvería la cara de vergüenza y se preguntaría si no habría sido un mal Padre (como lo haría cualquier padre cuyos hijos fuesen criaturas despiadadas carentes de sentimientos y calor humano.)
Las mujeres son el renglón torcido de Dios que ha de expiar por los pecados de los hombres, esos pobrecitos débiles sometidos a tentaciones de las que hay que librarlos a toda costa.
Muchos y muchas sabemos que todo esto que digo con amarga ironía no es en absoluto exagerado. Es totalmente cierto. Las máximas como "Las putas van al infierno", son cosas que la hacen a una avergonzarse de ser humana.
Peter Mullan llevó al cine una indignada denuncia. Le veo el gran defecto de ser muy plana en el desarrollo de los personajes, cuando es un tipo de película que se queda coja sin ese rasgo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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